Lo constituyen las obras “Elecciones y revoluciones en Honduras” (Colección Erandique, 16, 2022), por el politólogo Ernesto Paz Aguilar, y “Dos décadas de coyuntura política hondureña (2002-2013), Tomo I” (Guaymuras, 2022), por el sacerdote jesuita Ismael Moreno Coto.
Sostiene Paz: “En Honduras la dinámica del poder se ha caracterizado por procesos electorales fraudulentos que frecuentemente desembocaron en las llamadas revoluciones que han sido guerras civiles o golpes de Estado”. Caracteriza a nuestro sistema político como autoritario, “que ha obstaculizado la construcción de una democracia plena.” Su propósito fundamental al escribir este libro -rigurosamente investigado y con abundancia de bibliografía- es “reconstruir el proceso histórico para hacer inteligible el presente”, a fin que su lectura sea “instrumento de educación política”. Está dividido en tres partes: Conceptos; Oro, bananos, poder; Democracia: militarismo, subdesarrollo. Cronológicamente inicia con las elecciones de 1891 para concluir con las acaecidas el 2002. El recorrido conduce al lector por la Reforma Liberal, enclaves minero y bananero, caudillismo, dictaduras, partidos políticos, guerras civiles, intentos colectivos pro democratización política y social, entre otras temáticas.
El segundo título aquí reseñado someramente complementa al primero, tanto cronológica como temáticamente. Se trata de una colección de ensayos de coyuntura originalmente publicados en la Revista Envío Honduras entre enero 2002 y diciembre 2013, con brillante prólogo por el historiador Marvin Barahona, quien escribe: “los análisis del padre Melo asumen un carácter admonitorio: opina sobre las soluciones, sus inquietudes esenciales tienen que ver con la reflexión crítica sobre los tres poderes del Estado y el bipartidismo gobernante. El examen y juicio crítico sobre la realidad política van más allá y someten a una crítica. La esencia de los objetivos que guían la política nacional en la etapa hegemonizada por elbipartidismo...”.
Los dos esfuerzos editoriales por orientar a la ciudadanía en perspectiva histórica-política merecen nuestra calurosa bienvenida, al igual que una merecida congratulación para ambos autores, con formación académica y vocación humanística digna de encomio. La lectura de ambos se recomienda a toda aquella persona que busca intentos intelectuales que trasciendan lo meramente narrativo, para profundizar en lo interpretativo-analítico, para que al concluir, derive sus propias reflexiones, conclusiones y tomas de conciencia.
Felicitaciones también para ambos editores: el ingeniero José Azcona B., quien en poco tiempo y aportando fondos propios ha rescatado e impreso obras hoy desconocidas debidas a autores nacionales y extranjeros relativas a Honduras y lo hondureño, y la periodista Isolda Arita, dama con una amplia experiencia en la siembra de cultura vía la palabra escrita.
