Derrota de Noboa y la cuarta urna (1/2)

Los recientes procesos electorales en Chile y Ecuador, desarrollados con normalidad y respeto a la voluntad popular, ofrecen lecciones regionales que invitan sobre los desafíos democráticos que enfrenta Honduras

  • 19 de noviembre de 2025 a las 00:00

El domingo 16 de noviembre, en dos países hermanos suramericanos, hubo encuentros electorales importantísimos.

Primera vuelta presidencial y elección parlamentaria en Chile, y referéndum y consulta popular en Ecuador.

Aun en medio de fuertes batallas entre los contendientes y entre los electores, las instituciones electorales funcionaron satisfactoriamente (seguro hay personas serias y cuerdas en esos cargos), con resultados rápidos, confiables y prevaleciendo el respeto a la voluntad de los votantes.

Así deseamos que sea y llegue a ocurrir en Honduras. Seguramente, tanto en Chile como en Ecuador, también hay militares serios o más comedidos de sus funciones. No se dejan arrastrar tanto por sus tentaciones en lo político o en cumplimiento de órdenes perversas. Como es de esperar, representan y ejercen poderes fácticos, como en cualquier parte del mundo, tampoco son inocuos. Muy probable que ya aprendieron algunas lecciones históricas.

En Honduras, todavía no llega ese aprendizaje en ninguna de las promociones. Se afanan por moverse al ritmo “retro”.Entre las cuatro preguntas consultadas al pueblo ecuatoriano, la más rechazada fue la posibilidad de convocar a una Constituyente. El 62% desaprueba una nueva Constitución que cambie las reglas del juego y que aliente tentaciones continuistas o autoritarias.

El presidente Noboa y el grupo gobernante asumieron que la mayoría de su clara victoria en la votación presidencial del 55% en este mismo año, se traduciría en apoyo a sus propósitos. Le fallaron totalmente los cálculos.

Algo similar le ocurrió a Evo Morales en 2016, cuando asumió que el pueblo boliviano apoyaría una nueva reelección. Las urnas hablaron y aún con un cerrado margen, dijeron no a la posibilidad de un cuarto período para el expresidente Morales.

A pesar del mandato, Morales incumplió el resultado de la consulta, y ya sabemos lo que ocurrió en el transcurso de los años. Vamos a esperar qué ocurre con el presidente Noboa, que también obtuvo un rotundo rechazo del 61% a su propuesta de reinstalar bases militares extranjeras (entiéndase estadounidenses).

Tampoco el pueblo ecuatoriano aceptó que se elimine el financiamiento a los partidos políticos y a la pretensión de reducir el número de diputados.

Haciendo lo mejor posible para aprovechar estas experiencias latinoamericanas para analizar la situación de Honduras, recordamos la conocida propuesta gubernamental de la cuarta urna en el gobierno del expresidente Manuel Zelaya (2006-2009).

En aquel momento, el gobierno pretendía que en las elecciones generales de noviembre de 2009 se instalara una urna adicional en la que se consultara a la población si estaba de acuerdo con la convocatoria e instalación de una asamblea nacional constituyente.

Los sectores más conservadores del país, en realidad, le tuvieron miedo a un proceso como ese y enfilaron sus baterías. Zelaya y su facción política no tenían control del Congreso, tampoco de la Corte Suprema de Justicia y del Ministerio Público.

Luego, aunque nunca se habló claro de cuáles eran los cambios reales que pudieran implantarse en esa nueva constitución, la sospecha del continuismo presidencial agitaba corazones en contra de la cuarta urna. Queda planteada una pregunta: ¿En realidad, la propuesta de la cuarta urna hubiese sido aceptada por el electorado en noviembre de 2009?

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