La semana pasada estuvo cargada de momentos que acapararon las portadas de los periódicos, ocuparon varios minutos en los noticieros y, sobre todo, desbordaron las redes sociales de reacciones.
La filtración del vídeo de la diputada del departamento de Copán en conversación con el exministro de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), generó un escándalo mediático. Las imágenes revelan un uso desmedido del poder, aparentemente dirigido a favorecer intereses políticos del partido en el gobierno.
Por un lado, gran parte de las autoridades del partido guardaron silencio. Pocos se solidarizaron con los involucrados, y una mayoría exigió la renuncia tanto de Cardona como de la diputada Cuéllar. La renuncia de Cardona fue aceptada el 27 de junio de 2025. En cambio, Cuéllar solo solicitó permiso al Congreso Nacional mientras se llevan a cabo las investigaciones.
No soy partidario de hacer leña del árbol caído, ambas personas son jóvenes y pienso que deben aprender su lección por todo lo ocurrido, y entender también, que la vara con la que han medido los están midiendo, fundamentalmente en el caso de Cardona, quien siendo ministro de manera permanente emitía descalificativos e insultos por doquier a través de medios de comunicación y redes sociales, y todo eso se le ha devuelto como un efecto boomerang. Como dice mi abuelita Carmela “uno siembra lo que cosecha”.
Luego, el 28 de junio, simpatizantes del partido de gobierno, otros no tan simpatizantes, pero les toca ir para que los miren sus jefes, salieron a las calles. Nadie hizo mención ni remembranza de lo ocurrido.
Esa marcha tendría que haber sido para condenar el mal uso de recursos por parte de algunos servidores públicos, pero no, de hecho, varios diputados que han gestionado estos mismos fondos andaban marchando como los héroes inmaculados, exigiendo una Ley de justicia tributaria para que el Estado capte más recursos (supongo que, para seguir apoyando emprendimientos).
Esta forma vernácula de hacer política es la que los hondureños estamos rechazando y condenando, no se puede llegar al poder criticando a los que gobernaron y hacer las mismas prácticas de estos, eso se llama hipocresía, la cual refleja que, lo único que importa es el poder y sus mieles.
Todo lo que sucede es la antesala del día cero, el día donde vamos a escoger a quien sí y a quien no darle el voto. Tomémonos el tiempo de analizar nuestro voto. Si queremos una Honduras diferente, dejemos de votar por lo mismos.