Coalición

La fragmentación e inoperancia del Congreso Nacional, los cuestionamientos al Fiscal General, entre otros temas, exponen un Estado de derecho más frágil que nunca. Y a nadie le conviene

  • 27 de septiembre de 2025 a las 00:00

Este no es el ambiente propicio para un proceso electoral idóneo, así que tendremos que hacer que lo sea. Las tensiones institucionales, la conflictividad política creciente y la confianza ciudadana, o más preciso, la desconfianza, convierten esta coyuntura crítica en una amenaza grave a la estabilidad democrática. La polarización partidaria como ciudadana, la cuestionada legalidad de decisiones en el Poder Legislativo y en el Poder Ejecutivo, como al interior de los partidos políticos y entes electorales, hacen temer inminentes riesgos a elecciones limpias y legítimas. La fragmentación e inoperancia del Congreso Nacional, los cuestionamientos al Fiscal General, con fundamento a veces y otras no, por la percepción de su inclinación a una reprensible justicia selectiva, la señalada falta de independencia judicial, el saqueo consistente y descomunal en varios filones del gobierno, para donde se vea, exponen un Estado de derecho más frágil que nunca. Y a nadie le conviene. Y en adición, o previo, los problemas socioeconómicos son cada día más crueles con los más vulnerables: los excesos del narco gobierno frente a la escasez de medicina, precarias situaciones en el sistema de educación, la publicidad gubernamental asfixiante y onerosa. Lindante con anarquía, lo que debiera ser una campaña electoral cívica y ejemplar, es complicada por quienes se dicen demócratas pero rechazan el sujetarse a las reglas de la democracia. No preguntamos ¿para dónde vamos?, porque lo sabemos y debemos tratar de cambiar el rumbo con la Ley como faro. Mención especial al Fiscal Zelaya: se espera que persiga el delito, pero parejo, no solo a los opositores. La corrupción de donde venga nos daña a todos. También, parejo. Ante un escenario que puede parecer sombrío, es urgente construir consensos mínimos, que para empezar, nos den un proceso electoral confiable. Una Coalición Patriótica es prioridad. Una convergencia cívica que asegure sometimiento al imperio de la Ley y unas elecciones limpias.

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