La deuda contraída con este compatriota (1844-1914) es impagable. Nadie ha hecho tanto, en labor investigativa, en defensa de nuestros derechos territoriales, que este antiguo sacerdote que colgó los hábitos para sumarse al proyecto reformista inaugurado por Soto y Rosa, para dedicarse, en cuerpo y espíritu, con extraordinaria capacidad de trabajo, a impulsar, desde los cargos a él encomendados: director de Estadística del Archivo Nacional, para recopilar, clasificar, publicar toda aquella documentación -colonial y republicana- que respaldara la posición oficial hondureña en las disputas limítrofes con las naciones vecinas. El traslado desde Comayagua a la nueva capital, Tegucigalpa, se realizó en horas de madrugada para no alarmar a los pobladores de la hasta entonces sede política y administrativa.
A él debemos estudios de enorme valor para nuestra demografía, fronteras terrestres, historiografía. Incluye censos coloniales (1791, 1801) y republicanos (1881, 1887). Historia de Honduras: archivos de prensa, 1874-1890, noticias divulgadas por periódicos y revistas estadounidenses y británicas informando respecto al Ferrocarril Interoceánico, minería, golpes de Estado, abarcando los períodos presidenciales de Soto y Bográn.
Documentos sobre límites entre Honduras y Nicaragua, por nuestra Secretaría de Relaciones Exteriores, en respaldo de la soberanía patria cuestionada por la vecina nación pese al fallo emitido por el rey Alfonso XIII, de obligatorio cumplimiento para ambas partes.
Todos los que han investigados, desde lo jurídico, histórico y geográfico nuestras fronteras terrestres, obligatoriamente deben remitirse a las obras pertinentes escritas y/o compiladas por Vallejo, fuente referencial para conocer a fondo esta compleja temática.
Estadígrafo. Su anuario y censo constituyen un aporte de inmensa riqueza demográfica, económica, social -a escala nacional, departamental, municipal- que brinda una detallada radiografía patria a lo largo del tiempo, culminando en las ultimas décadas del siglo XIX. Su lectura refuerza un sentimiento de identidad y pertenencia a Honduras y los hondureños.
Como historiador, se le encomendó la elaboración de una versión oficial de nuestro pasado, con el propósito de forjar una noción de colectividad centrada en el rescate y valoración de nuestros próceres, exaltados a categoría heroica. Su anhelo, frustrado, fue el ser enviado a investigar en los archivos españoles, petición denegada para otorgársela a otro.
A José Reina Valenzuela y Víctor Ramos debemos sendas biografías del ilustre Vallejo, mutuamente complementarias que merecen ser reimpresas.
¿Poseen manuscritos inéditos sus descendientes escritos por su benemérito antepasado?