A fondo con la revisión del Fondo (I)

El juego de palabras nos dice que el Fondo no llega al fondo de la situación económica y política de un país como Honduras”

  • Actualizado: 23 de abril de 2025 a las 00:00

Entre finales de marzo y casi mediados de abril, se realizó la denominada tercera misión de revisión del acuerdo económico del Gobierno de Honduras con el FMI (anunciado desde agosto de 2023). El acostumbrado comunicado requiere de un análisis profundo, que escarbe más allá de lo superficial de lo dibujado por los apologistas del régimen político y por los procedimientos tecnocráticos del organismo financiero, rector global de las políticas económicas.Como siempre, el juego de palabras nos dice que el Fondo no llega al fondo de la situación económica y política de un país como Honduras. No dice todo lo que debería decir. Y, parte de lo dicho, nos deja preocupados en diferentes sentidos. Entonces, no queda más que seguir aprendiendo a leer “entre líneas”. Y cuando esas “líneas” también son dibujadas borrosamente, solo queda el recurso de la hipótesis responsable o, en casos todavía más difusos, arriesgarse a conjeturas, para confirmar o descartar, y tratar de dar en el blanco con la prueba del tiempo.Debería existir una conexión lógica y pragmática entre los mandatos del organismo financiero global y los objetivos de desarrollo nacional. Hay que reconocer que el eslabón débil de este encadenamiento “global-local” es, precisamente, la ausencia de ese proyecto o plan estratégico de desarrollo nacional, que guíe y enderece los acuerdos a alto nivel. Al no existir ese proyecto de país o visión de nación, lógico es que la relación con el Fondo y con la comunidad financiera multilateral y mundial estará marcada por la subordinación, la urgencia utilitaria de un aval para continuar accediendo a préstamos y seguir a la deriva con el consiguiente rezago en el bienestar del país. Conviene al gobierno tener una buena relación con el Fondo, siempre y cuando exista armonía entre los objetivos nacionales y las exigencias económicas y sus condicionalidades financieras. ¿Existe los elogios “peligrosos” del FMI? Ocurren, cuando las misiones técnicas y el propio Directorio califican la gestión fiscal, financiera, monetaria y económica en general, como de muy “robusta”, “prudente”, “disciplinada”, “ordenada”, “sostenible”, sin realmente serlo. Todos estos son calificativos muy significativos y que, bien merecidos, no significarían problema para los países y sus poblaciones siempre y cuando correspondieran a la realidad, como dice el propio FMI: si estuvieran “basados en datos”.Entre varios temas de fondo, la misión del FMI elogia seguir contando con una economía “resiliente” con un crecimiento “robusto”. Surgen muchas interrogantes: por ejemplo, ¿puede considerarse realmente robusto un crecimiento económico (3.0-3.5%) que no supera el promedio de lo que hemos tenido durante las últimas décadas? ¿Recuerdan los especialistas de la misión que, además de bajo, el crecimiento del PIB se concentra en dos o tres ramas de actividad (intermediación financiera y algunos rubros de exportación) y que, la mayoría de las actividades agrícolas e industriales permanecen aletargadas? Una tasa de crecimiento tradicionalmente baja, ¿puede realmente haber disminuido el nivel de pobreza y mejorado las oportunidades de generación de empleo decente?Priorizando en las demás áreas del quehacer financiero y fiscal: más allá de la autorización de un nuevo desembolso de US$155 millones, ¿es realmente “prudente” seguir incrementando el grado de endeudamiento público considerando los riesgos de un creciente gasto en el servicio de la deuda que ya representa el 36% de los ingresos corrientes? ¿Es prudente desembolsar cerca de US$2,700 millones anuales para pagar deuda y todavía seguir endeudándonos?.

Te gustó este artículo, compártelo
Últimas Noticias