Por segunda vez, una dama era postulada a la titularidad del Poder Ejecutivo: Nora Gúnera de Melgar por el Partido Nacional en 1997, sin lograr el objetivo, y Xiomara Castro de Zelaya por la Alianza Opositora (Libre, Partido Salvador de Honduras y Partido Innovación y Unidad) en 2021.Los otros dos contendientes fueron Yani Rosenthal por el liberalismo, Nasry Asfura por el nacionalismo, aquel de origen judío, este descendiente de familia palestina y alcalde capitalino durante la administración Hernández; ambos, empresarios.
Contundente fue el voto ciudadano a favor de la primera mujer en presidir los destinos de la nación “por un margen mayor a los diez puntos porcentuales con medio millón de votos de diferencia. Sin embargo, a nivel de composición de la Cámara Legislativa, el resultado no arrojó a ninguna fuerza partidista mayoritaria, lo que volvió imperativa duras negociaciones por el estratégico control de la Junta Directiva del Congreso Nacional.
Libre obtuvo 50 diputados, el Partido Nacional 40, 20 el Partido Liberal, 10 el Partido Salvador de Honduras. Las restantes ocho diputaciones se dividieron entre los partidos chicos: Pinu, Pac y PDCH”. (Guillermo Varela Osorio. “Historia de Honduras”, p. 284).
La población había manifestado su rechazo y descontento al orden de cosas prevaleciente protestando en las calles de distintas ciudades, durante las jornadas de 2009 y 2017 en adelante poniendo en práctica el artículo constitucional no. 3: “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que esta Constitución y las leyes establecen. Los actos verificados por tales autoridades son nulos. El pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional”.
Quien desee informarse respecto a los procesos electorales previos, consulte la obra “Prácticas electorales y cultura política en Honduras durante el siglo XIX 1812-1894”, y “Entre elecciones, insurrecciones y caudillos, 1894-1956”, por la colega Ethel García Buchard.
Las causales para la decisiva victoria de la alianza opositora son diversas: la ilegitimidad del gobierno cleptócrata, violación de artículos constitucionales, la entrega de los últimos vestigios de la soberanía nacional con la aprobación de las Zede; los elevados niveles de corrupción, colusión e impunidad oficial, integrados por redes involucrando a personas al más alto nivel del régimen; sus vínculos de mutuo provecho con el narcotráfico, el autoritarismo represivo; el incremento de los abismales niveles de pobreza, miseria, violencia delincuencial obligando a miles de compatriotas al éxodo masivo hacia el exterior.