Diciembre, mes especial que trae consigo un aire distinto, un aroma que invita a la reconciliación, el perdón y el reencuentro. Es el mes en el que la cotidianidad se detiene momentáneamente para dar paso a los abrazos, los brindis y los recuerdos compartidos. Diciembre es el mes de pararnos a pensar lo mucho que ha cambiado nuestra vida en un año.
“Tiene una magia particular que nos mueve a organizarnos, a buscar a aquellos que forman parte de nuestra historia, para volver a reunirnos con la familia y amistades... Es el tiempo perfecto para departir con quienes han estado cerca y también para buscar a aquellos que, por diferentes circunstancias, se han alejado”.
(https://porcierto.com.mx/ Gabriel Gamar, poeta mexicano). Es un momento para otorgar el perdón por los agravios recibidos o por los malentendidos que en algún momento sembraron distancia. Por ende, restaurar la amistad y los lazos familiares se convierte en un acto de amor que trasciende las palabras.
Las charlas se llenan de historias de antaño, de momentos que parecieron cotidianos pero que hoy tienen un significado especial. En esas reuniones, el pasado cobra vida, y cada anécdota es un puente que nos une nuevamente.
No obstante, no todo en esta temporada es nostalgia. Diciembre también es el mes de los buenos propósitos, de las promesas de mantener el contacto y de planear futuros encuentros. Aunque muchas veces esas promesas se queden en el aire, el simple hecho de compartir un instante nos deja una sensación de calidez y gratitud.
Al final, diciembre nos enseña que la vida es más llevadera cuando nos rodeamos de quienes nos hacen sentir en casa, de los que saben de dónde venimos y hacia dónde vamos.
Que este mes sirva como recordatorio de que los reencuentros no deben ser excepciones, sino una parte constante de nuestra vida, porque restaurar lo que se ha perdido y fortalecer los vínculos familiares y de amistad es el mejor regalo que podemos darnos y brindar a los demás. Bendita sea pues la fecha que une a todo el mundo en una conspiración de amor.