La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una nueva actualización epidemiológica sobre la fiebre de Oropouche, una enfermedad viral que ha reemergido en la región de las Américas desde finales de 2023. En lo que va de 2025, se han reportado 12,786 casos confirmados en 11 países: siete con transmisión autóctona y cuatro son casos importados, lo que refleja la creciente propagación de este virus transmitido principalmente por el jején Culicoides paraensis.
En lo que va del año, Brasil concentra la mayor carga, con casos en 20 estados, principalmente Espírito Santo (6,322) y Río de Janeiro (2,497), y ha reportado cinco defunciones, así como casos de complicaciones neurológicas y muertes fetales bajo investigación. Panamá y Perú también enfrentaron brotes significativos, mientras que Cuba y Colombia reportan cifras más reducidas.
La fiebre de Oropouche se caracteriza por fiebre alta, intensos dolores de cabeza, musculares y articulares, con una recuperación habitual en dos a tres semanas, aunque hasta el 60% de los pacientes puede experimentar recaídas. En casos poco frecuentes, puede causar meningitis o encefalitis, y en embarazadas se han reportado posibles riesgos, en particular, potenciales afectaciones al feto.
La expansión del virus a áreas no endémicas, como regiones urbanas de Cuba, está favorecida por factores como el cambio climático, la deforestación y la urbanización en áreas selváticas, que facilitan la proliferación del vector.
La OPS enfatiza la necesidad de fortalecer la vigilancia epidemiológica y el control vectorial para contener la enfermedad, que no cuenta con vacuna ni tratamiento antiviral.
La OPS destaca que la colaboración nacional y regional es esencial para monitorear y controlar la propagación del virus, especialmente en un contexto de circulación de otros arbovirus como el dengue.