Por Farah Stockman y Rebecca F. Elliottt / The New York Times
ELLABELL, Georgia — Hyundai Motor Group ha pasado los últimos tres años construyendo un complejo de mil 175 hectáreas a 30 minutos de Savannah, Georgia, para la fabricación de vehículos eléctricos.
Los visitantes pueden realizar recorridos en carritos de golf por amplias naves, observando cómo los robots acarrean piezas para los trabajadores. Brazos mecánicos sueldan paneles a las carrocerías de vehículos. Hyundai esperaba que la planta se convirtiera en un modelo a seguir en el ensamblaje de autos, una imagen que coincide con el deseo del Presidente Donald J. Trump de reindustrializar Estados Unidos.
Pero en septiembre, más de 300 trabajadores surcoreanos, que EU dijo tenían visas incorrectas, fueron esposados y detenidos en una de las instalaciones en construcción, una planta de baterías propiedad conjunta de Hyundai y LG Energy Solution, ambas empresas coreanas.
La redada llevó a muchos en Corea del Sur a pedir a Hyundai que detuviera su expansión. No lo ha hecho. Hyundai Motor Group, que incluye a Kia y docenas de otras filiales y proveedores, planea gastar 26 mil millones de dólares en EU hasta el 2028, incluyendo 2.7 mil millones de dólares más en Ellabell.
A medida que las marcas chinas ganan popularidad en otros lugares, el mercado de EU no sólo es el más grande de Hyundai, sino también una de sus mejores oportunidades de crecimiento. Entre los altos aranceles y otras restricciones, los autos chinos han quedado excluidos de este mercado.
“Mis dos prioridades principales son E-U”, dijo José Muñoz, director ejecutivo de Hyundai Motor Company, la filial armadora, durante la reunión anual de inversionistas de la compañía, tras la redada.
Sin embargo, los vehículos eléctricos no han tenido buena acogida en el País. El mes pasado, el Gobierno de EU suspendió un crédito fiscal de 7 mil 500 dólares destinado a incentivar su compra.
La planta suele ser descrita como el mayor proyecto de desarrollo económico en la historia de Georgia. Pero incluso antes de la redada, había indicios de que tensiones iban en aumento. Algunos residentes aborrecían la fábrica y la afluencia de extranjeros que conllevaba. Otros expresaron preocupaciones de seguridad, ya que tres trabajadores han fallecido desde que comenzó la construcción. Aun así, algunos acogieron las oportunidades que ha traído consigo la inversión de Hyundai.
La planta de Ellabell es su tercera planta automotriz en EU. Se ha comprometido a crear 8 mil 500 empleos en el sitio para el 2031, una cifra superior a la población de Ellabell. Alrededor de 3 mil 200 personas ya trabajan allí. Para el 2030, Hyundai busca fabricar en el País más del 80 por ciento de los vehículos que vende en EU, contra el 40 por ciento actual. Sin embargo, algunos estadounidenses afirman haber perdido oportunidades laborales por no ser coreanos.
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