Por Jack Crosbie/The New York Times
En una calurosa noche de junio en Las Vegas, Payton Talbott se encontraba en una jaula de malla metálica frente a un hombre al que necesitaba lastimar. Dejó caer los brazos a los costados y los sacudió. Su boca estaba ligeramente abierta, con los ojos planos e inexpresivos. Su oponente le devolvió la mirada.
En la jaula, dice Talbott, todo lo demás desaparece. El árbitro desaparece. Los fans desaparecen. La vida se simplifica.
A los 26 años, Talbott es una de las estrellas en ascenso más rápido del Ultimate Fighting Championship, la organización más grande del mundo de artes marciales mixtas. Mide 1.78 metros, pesa 61.7 kilos y tiene más de 1.78 centímetros de alcance en sus golpes, que despliega con un estilo creativo y llamativo que ha cautivado a los fans.
También viste tops de malla; aparece en videos bailando en tubo; y graba proyectos audiovisuales experimentales con una ecléctica lista de colaboradores, incluyendo al artista de electrónica Arca, quien es transgénero, y al voluble cantante Frank Ocean.
Talbott sabe que es una anomalía en su disciplina elegida. También lo sabe la afición de la UFC, cuyos miembros han especulado ampliamente sobre su masculinidad, sexualidad y capacidad de lucha.
“Sólo pienso, ¿por qué tengo que ser varonil?”, dijo Talbott. “¿Por qué mi imagen y mi ropa tienen algo que ver con mis peleas? Y aunque así fuera —¿qué te importa?”.
A la gente sí le importa. En los últimos 5 años, la UFC se ha convertido en un referente para la nueva forma de masculinidad descarada y masculina que invade la cultura popular.
Talbott se halla en el improbable punto de encuentro de una guerra cultural que no se puede resolver en la jaula.
Llegó al deporte de la misma manera que muchas de sus estrellas. Después de algo de experiencia con lucha libre en la preparatoria, entró a un gimnasio de artes marciales mixtas en Reno, Nevada, como un joven enojado de 19 años buscando el combate que había visto en televisión.
“No estaba en un buen momento”, dijo Talbott. “Así que fue terapéutico simplemente ir dos horas todos los días a pelear con desconocidos”. Nunca ha dejado de pelear desde entonces.
Hasta este año, Talbott ostentaba un récord profesional invicto de 9-0. Pero en enero, en la jaula, frente al veterano Raoni Barcelos, Talbott flaqueó. El mucho más corpulento Barcelos lo lanzó por todo el ring, asestando una lluvia de golpes y ganando la pelea decisivamente. Un comentarista en línea sugirió que Talbott debería dedicarse al baile en tubo y a pintarse las uñas.
En junio, la UFC le pidió con poca antelación que se enfrentara al brasileño Felipe Lima, otra estrella en ascenso en la división de peso gallo.
Fue una decisión arriesgada: derrotas consecutivas pueden arruinar las perspectivas de un peleador prometedor. A 10 días del encuentro, Talbott regresó al gimnasio, concentrándose en entrenar escenarios específicos que podría encontrar al pelear con Lima. El dueño del gimnasio, Rick Collup, un veterano ex peleador, no estaba muy entusiasmado con el poco aviso de la pelea. “Siempre tengo dudas al respecto”, dijo. “Pero sólo tenemos fe en él”.
Recostado en un sofá, antes de ponerse a trabajar en la consola de DJ, Talbott reflexionó sobre cómo su experiencia como peleador había moldeado su forma de expresarse fuera de la jaula.
“Creo que cuando empecé a mejorar en MMA, sentí la necesidad de equilibrar eso”, dijo Talbott. “Mientras más fuerte me sentía, también sentía que necesitaba feminizarme cuando fuera necesario. Creo que es algo subconsciente”.
Se negó a comentar respecto a su sexualidad.
Le frustran los críticos que lo ven como una mala influencia para los jóvenes aficionados al deporte.
“Me hace mucha gracia cuando la gente dice: ‘¡Esto es perjudicial para nuestra cultura! ¡No es bueno para los niños ver a un chico en un deporte tan masculino con un top corto!’”, dijo.
Al final de la pelea con Lima, los jueces dieron su veredicto: Talbott ganó.
“Me encanta mi trabajo, de verdad”, dijo después del combate. En Instagram, publicó “#stillemployed” (aúnempleado) debajo de un clip con momentos destacados.
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