Más de mil amantes del pastel disfrutan un festín en San Francisco

El Cake Picnic reunió a mil personas en el museo Legion of Honor, donde pasteles de todo tipo deslumbraron a los asistentes. ¡Sin pastel no hay ingreso!

  • 12 de abril de 2025 a las 17:29
Más de mil amantes del pastel disfrutan un festín en San Francisco

Por Simon J. Levien / The New York Times

Más de mil personas se reunieron el mes pasado para un día de campo alrededor de mesas cubiertas con manteles blancos y dispuestas sobre el césped del museo de arte Legion of Honor, en San Francisco. Había solo una regla: “Sin pastel no hay ingreso”.

Los asistentes —incluyendo reposteros, panaderos caseros y personas con pasteles comprados en la tienda— caminaron, manejaron y volaron para llevar elaboradas creaciones de pasteles al Cake Picnic, un festival itinerante donde puedes tener tu pastel y comértelo también.

“Era más difícil de conseguir que un boleto para un concierto de Taylor Swift”, dijo Elisa Sunga, organizadora del Cake Picnic, señalando que las entradas de 15 dólares se agotaron en menos de un minuto.

Este Cake Picnic resultó ser el más grande desde que comenzó hace casi un año. La espectacular variedad incluyó un pastel ligero de limón con relleno de maracuyá, una torre hecha de bizcochos más pequeños, pastel de gelatina, pastel de champán rosado, un pastel piramidal de dinosaurio horneado por niños y muchos postres con adornos florales.

Se exhibieron casi mil 400 pasteles antes de ser consumidos en el Legion of Honor de San Francisco, California, en marzo.

Durante la primera hora, los participantes del día de campo llenaron las mesas con sus pasteles. Después de terminar de colocarlos, la multitud admiró y tomó fotos de los mil 387 pasteles, tanto dulces como salados, en su estado prístino, sin rebanar. Tras las fotos, el buffet resultante fue un caos controlado.

Grupos pequeños empezaron a disfrutar de los pasteles. A cada persona se le dio una caja y se le indicó que tomaran rebanadas a su gusto. Una vez que todos tuvieron su turno, las mesas se abrieron para quienes querían servirse una segunda, tercera y cuarta vez, hasta que no quedaron migajas.

En abril del 2024, Sunga, una repostera casera de 34 años que trabaja en Google, esperaba reunir a una docena de personas en el Parque Potrero del Sol en San Francisco para sentarse en círculo y comer pasteles. “Empezó principalmente porque yo quería comer mucho pastel”, dijo. “Me encanta el pastel”.

Sunga publicó la reunión en la app de invitaciones Partiful, y cientos de personas respondieron. Después del primer evento, llevó la feria de pasteles de gira, primero a Los Ángeles, luego a Nueva York y de regreso a San Francisco en noviembre. “No es mi trabajo de tiempo completo, pero me encantaría viajar a tiempo completo para disfrutar de pasteles”, dijo.

Sunga, quien aportó dos pasteles red velvet horneados por ella, comentó que asistieron chefs de pastelerías reconocidas, como Tartine y Susie Cakes.

Joyce Lim, de 32 años y residente de San Francisco, se autodenominaba fan de hueso colorado del Cake Picnic. Comentó que ha horneado para todos los Cake Picnics hasta la fecha y que asistirá a futuros eventos programados en Londres y Nueva York.

Lim, quien es arquitecta, llevó al museo un pastel de focaccia de hotcake con cebollín con betún de queso crema con chile crujiente y crema fresca. Comentó que le impresionó la creatividad y la diversidad de los pasteles.

Brenna Fallon, una de las docenas de voluntarias en el día de campo, comentó que el breve periodo entre el acomodo de los pasteles y el inicio del buffet es un “momento tipo Alicia en el País de las Maravillas”.

“Todos recorren los pasillos con alegría”, comentó Fallon, de 34 años y originaria de Walnut Creek, California. “La gente está tramando a qué pasteles dirigirse cuando puedan entrar”.

© 2024 The New York Times Company

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