Marco Rubio impulsa uso militar letal contra narcotráfico en Latinoamérica

Para frenar el crimen en la región, Marco Rubio guía a la Casa Blanca hacia ataques militares letales contra embarcaciones de narcotráfico, sin proceso legal,

  • 17 de septiembre de 2025 a las 18:32
Marco Rubio impulsa uso militar letal contra narcotráfico en Latinoamérica

Por Edward Wong y Michael Crowley/ The New York Times

QUITO, Ecuador — Durante décadas en Latinoamérica y el Caribe, las autoridades antidrogas estadounidenses han intentado frenar el narcotráfico interceptando embarcaciones y camiones cargados de drogas y arrestando a contrabandistas.

Marco Rubio, el Secretario de Estado, ha afirmado que esos esfuerzos no son suficientes. Ha ayudado a guiar a la Administración Trump hacia una táctica mucho más agresiva —y letal: usar fuerza militar para destruir embarcaciones sospechosas de transportar drogas y asesinar a las personas a bordo, sin proceso legal.

“La interdicción no funciona”, dijo Rubio en Ciudad de México cuando se le preguntó sobre el ataque estadounidense a una embarcación en el Caribe el 2 de septiembre. El Presidente Donald J. Trump se jactó de que el ataque mató a al menos 11 personas.

“Lo que los detendrá es cuando los vueles en mil pedazos, cuando te deshagas de ellos”, agregó Rubio. “Y volverá a suceder. Quizás esté sucediendo ahora mismo, no lo sé, pero el punto es que el Presidente de EU va a librar guerra contra las organizaciones narcoterroristas”.

Volvió a suceder el lunes, cuando el Presidente Trump declaró que Estados Unidos había atacado otra embarcación vinculada a cárteles del narcotráfico que se dirigía a EU. Dijo que el ataque causó la muerte de tres personas.

Ningún alto funcionario de Trump se ha pronunciado con tanta contundencia sobre la nueva campaña de violencia contra los grupos criminales latinoamericanos y sus aliados.

Durante más de 14 años como Senador republicano por Florida, Rubio presionó a tres administraciones para que tomaran la ofensiva en la región. Hijo de inmigrantes anticomunistas de la Cuba prerrevolucionaria, su odio al Gobierno de Castro y sus aliados lo motivaba. Ahora, como Secretario de Estado y asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, está aprovechando la oportunidad para convertir las palabras en hechos.

Rubio ha buscado durante mucho tiempo la salida de los hombres fuertes izquierdistas de la región, en particular de los líderes de Venezuela, Cuba y Nicaragua, cuyos gobiernos ha calificado de “ilegítimos”. También ha contribuido a orquestar las deportaciones masivas de inmigrantes por parte de la Administración, incluyendo a una prisión en El Salvador.

El enfoque de Rubio conlleva riesgos. No ha presentado una justificación legal. Y la presión por una acción militar podría suscitar críticas de un sector activo del movimiento de Trump que aboga por una mayor moderación militar en la política exterior. Esos conservadores critican las “guerras eternas” y los “cambios de régimen”, y algunos ven a Rubio con sospecha, señalando un historial de posiciones neoconservadoras.

Sin embargo, algunos partidarios y asesores de Trump consideran que reafirma una versión actualizada de la Doctrina Monroe, un concepto de principios del siglo 19 que justificó la intervención estadounidense en Latinoamérica.

Rubio espera “definir un verdadero paradigma nuevo en el hemisferio occidental”, dijo Juan Gonzalez, quien se desempeñó como el principal funcionario del Consejo de Seguridad Nacional para la región en la Casa Blanca de Biden. Añadió que la retórica de Rubio —calificando al Gobierno de Nicaragua de “enemigo de la humanidad”— buscaba establecer un “predicado” para futuras acciones militares en el hemisferio.

El principal objetivo de Rubio parece ser Venezuela, cuyos grupos criminales la Administración Trump ha vinculado con Nicolás Maduro, el líder autocrático del País. El mes pasado, Rubio ordenó al Departamento de Estado elevar la recompensa a 50 millones de dólares por información que conduzca al arresto y condena de Maduro por cargos de narcotráfico en Estados Unidos.

El reciente refuerzo militar estadounidense en el Caribe ha generado especulaciones sobre si la Administración intentará invadir Venezuela.

El historial de Rubio en el Senado contrasta con el enfoque de Trump en algunos temas. Desde su incorporación a la Administración, Rubio ha suavizado algunas de sus posturas agresivas, al menos en público, en temas como Rusia y la promoción de la democracia. Sin embargo, en materia de Latinoamérica, Trump y Rubio llevan mucho tiempo en sintonía.

Ambos comparten el afán de abordar lo que Mike Watson, subdirector del Centro para la Estrategia y el Arte de Gobernar Estadounidense del conservador Instituto Hudson, denominó el “caos y el desorden” de la región en lo que respecta a narcóticos y migrantes.

Trump y Rubio retrataron el flujo de fentanilo, cocaína y otras drogas a Estados Unidos como un asunto de seguridad nacional que justifica el uso de fuerza letal. Durante una visita a Ecuador, Rubio afirmó que la Administración estaba dispuesta a ayudar a los gobiernos socios a “volar en mil pedazos” a los grupos criminales.

© 2025 The New York Times Company

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