Malula, el pueblo de Siria donde cristianos y musulmanes intentan sanar divisiones

En el pueblo de Malula, los cristianos y los musulmanes intentan reconciliarse tras la guerra civil que fracturó su convivencia de décadas en Siria

  • 23 de abril de 2025 a las 00:00
Malula, el pueblo de Siria donde cristianos y musulmanes intentan sanar divisiones

Por Ben Hubbard y Hwaida Saad/The New York Times

MALULA, Siria — En un monasterio centenario en la cima de una montaña en el oeste de Siria, un sacerdote pronunció un sermón sobre el amor al prójimo. Pero a la congregación le preocupa qué tan pacífico puede ser el futuro de Siria.

¿Prohibirían los rebeldes islamistas que depusieron en diciembre al dictador Bashar al-Assad la carne de cerdo y el alcohol, impondrían vestimenta modesta a las mujeres o limitarían el culto cristiano? ¿Protegerían las nuevas fuerzas de seguridad a los cristianos de los ataques de extremistas musulmanes?

“No ha sucedido nada que haga pensar que las cosas están mejor”, dijo Mirna Haddad, una de las feligresas.

En otras partes de Malula, la minoría musulmana tenía preocupaciones diferentes. Al igual que sus vecinos cristianos, habían huido de sus hogares a principios de los 13 años de guerra civil en Siria. Pero a diferencia de los cristianos, el régimen de Assad y una milicia cristiana que este apoyaba les habían prohibido regresar.

“El problema es la mayoría”, es decir, los cristianos del pueblo, dijo Omar Ibrahim Omar, líder de un nuevo comité de seguridad local. Había regresado a su hogar en Malula sólo tras la caída de Al-Asad, tras estar exiliado más de una década.

Malula, a unos 50 kilómetros al noreste de Damasco, la capital, tiene mucho tiempo de ser una pieza importante del mosaico religioso del País. Hace alarde de un historial de coexistencia entre dos tercios de su población, que son cristianos, y el otro tercio, que son musulmanes sunitas.

Pero la guerra que comenzó en el 2011 colocó a las dos comunidades en caminos diferentes. Muchos musulmanes apoyaron a los rebeldes que lucharon por derrocar al régimen, mientras que los cristianos en gran medida apoyaron a Al-Asad, a quien consideraban el protector de las minorías sirias en un País de mayoría sunita.

Ahora, Al-Asad ya no está, el poblado está dañado y sus habitantes batallan para dilucidar cómo volver a vivir juntos.

“Quiero vivir con ustedes como hermanos”, dijo el sacerdote Fadi Barkil, en una entrevista, como si hablara con sus vecinos musulmanes. “Si seguimos retrocediendo al pasado, nunca terminará”.

El padre Barkil supervisa la iglesia grecocatólica del pueblo y el monasterio de los Santos Sergio y Baco, cuyo santuario construido en el siglo 4 está parcialmente engarzado en un pico que domina al poblado.

La guerra civil llegó a Malula cuando un terrorista suicida hizo estallar el puesto de control del Ejército que protegía al poblado, en septiembre del 2013. Casi todos sus residentes, unos cuantos miles entre cristianos y musulmanes, huyeron cuando estallaron los combates y los rebeldes liderados por el Frente Nusra, una filial de Al Qaeda, tomaron el control.

Los rebeldes establecieron bases en el monasterio, permitiéndoles disparar contra las fuerzas gubernamentales que se encontraban abajo. Secuestraron a 13 monjas y tres asistentes de un convento ortodoxo griego.

Las mujeres fueron liberadas posteriormente en un intercambio de prisioneros con el Gobierno, y el Ejército sirio y el grupo militante libanés Hezbolá retomaron el pueblo en abril del 2014.

Los cristianos regresaron y encontraron sus lugares sagrados dañados.

Durante la guerra, el Ejército sirio controló el pueblo junto con una milicia cristiana a la que armó.

Cuando los rebeldes depusieron a Al-Assad en diciembre, el Ejército huyó, dejando al poblado desprotegido, y los residentes temieron que los nuevos gobernantes islamistas del País restringieran sus libertades religiosas.

Para agravar sus preocupaciones, Ahmed al-Shara, el fundador del Frente Nusra, es ahora el Presidente de Siria.

El padre Barkil reconoció que Al-Shara ha declarado haber roto lazos con Al Qaeda y ha prometido servir a todos los sirios. Sin embargo, el sacerdote instó al Presidente a reforzar este mensaje con una visita a Malula.

Akram Qutayman, musulmán y miembro del nuevo comité de seguridad, afirmó que los residentes de diferentes fes convivían pacíficamente antes de la guerra.

Los cristianos “celebraban el Ramadán con nosotros, como si fuéramos una sola mano”, añadió.

Sin embargo, acusó a la milicia cristiana local de quemar las casas de los musulmanes para impedir su regreso.

“Yo anticipo que haya reconciliación y que volvamos a vivir juntos”, dijo Omar, líder del comité. “Dejaremos atrás el pasado”.

Muhammad Haj Kadour contribuyó con reportes.

© 2025 The New York Times Company

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