Por Eric Niiler/The New York Times
Una masa de algas de 8 mil 900 kilómetros en el Océano Atlántico, que ha amenazado playas del Caribe y Florida en los últimos años, está aumentando exponencialmente de tamaño, mientras que una segunda mancha más al norte está disminuyendo rápidamente, impulsada por los rápidos cambios en el clima de la región.
Un nuevo estudio publicado en la revista Nature Geoscience halla un cambio significativo en los patrones de crecimiento del sargazo, un tipo de macroalga flotante que proporciona alimento y refugio a peces, tortugas, aves y otras especies marinas. La mancha sur, conocida como el Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico, ha alcanzado los 38 millones de toneladas métricas, un aumento del 40 por ciento respecto a su año récord del 2022.
“Normalmente tenemos una fluctuación interanual del 10 al 20 por ciento”, dijo Chuanmin Hu, profesor de oceanografía física en la Universidad del Sur de Florida y un autor del artículo. “Pero este año fue una locura, y no tenemos una respuesta a por qué”.
Los científicos no habían detectado sargazo en esta región ecuatorial antes del 2011. Desde entonces, los vientos y las corrientes oceánicas han empujado masas de sargazo hacia el oeste, en dirección a las aguas costeras durante la primavera. Las playas de la península de Yucatán, México, se han visto afectadas por la acumulación de algas malolientes, mientras que el Presidente de la República Dominicana declaró en junio que su País enfrentaba una “emergencia regional” por el sargazo.
En el 2023, alrededor de 13 millones de toneladas métricas de sargazo cubrieron algunas playas de Florida y se descompusieron en montones malolientes antes de desaparecer en verano. Un estudio publicado ese año en The Journal of Global Health por médicos de la isla de Martinica reportó enfermedades respiratorias causadas por la descomposición de algas que producen gas de sulfuro de hidrógeno.
Aunque los expertos no han determinado la causa de la enorme proliferación, las tormentas de polvo del Sahara y el humo de los incendios forestales africanos que se extienden hacia el oeste a través del Atlántico influyen. Estas partículas llegan al océano y actúan como fertilizante para el sargazo, dijo Brian Lapointe, investigador principal del Instituto Oceanográfico Harbor Branch de la Universidad Atlántica de Florida y un autor del nuevo artículo.
La escorrentía de los ríos Amazonas y Orinoco en Sudamérica, así como del río Congo en África, también proporciona agua rica en nutrientes que alimenta el crecimiento a lo largo de la franja ecuatorial de algas. Tras dos años de sequía en la Amazonia, Lapointe observó que las inundaciones primaverales provocaron un aumento correspondiente del sargazo.
El sistema de corrientes del Golfo tiene siglos de transportar algas marinas desde su criadero en el oeste del Golfo de México hasta el norte del Mar de los Sargazos. Sin embargo, el aumento en la temperatura oceánica y una serie de olas de calor marinas han comenzado a calentar demasiado el golfo para el sargazo, explicó Hu. En los últimos 20 años, el golfo se ha calentado en promedio 0.4 grados Celsius, añadió.
Dani Cox, microbióloga marina en Miami, dijo que el aumento en la temperatura oceánica era sólo una de las causas de los cambios.
“Están ocurriendo tantas cosas, que es por eso que no todos están convencidos de una sola respuesta”, afirmó Cox. “Sólo podemos analizar una o dos cosas a la vez”.
© 2025 The New York Times Company