Por Sachi Kitajima Mulkey/ The New York Times
Los barcos pesqueros industriales en ocasiones intentan ocultarse, desactivando los dispositivos de rastreo públicos durante meses o alterando sus señales para dar una ubicación falsa. Recientes avances en tecnología satelital han permitido detectar más de estos “barcos oscuros”, que representan al menos el 70 por ciento de todas las flotas pesqueras en el océano.
Dos grupos de investigación emplearon estos datos, proporcionados por la organización sin fines de lucro Global Fishing Watch, para rastrear barcos díscolos a lo largo de millones de kilómetros de áreas marinas protegidas, zonas designadas oficialmente por los países como parte de los objetivos internacionales de proteger el 30 por ciento de los océanos para el 2030. Sus estudios se publicaron recientemente en la revista Science.
Solo el 8 por ciento del océano está protegido por estas zonas, y la mayoría no prohíbe explícitamente la pesca industrial.
Junto con colegas, Jennifer Raynor, profesora asistente de economía de recursos naturales en la Universidad de Wisconsin y autora principal de uno de los estudios, analizó cerca de mil 400 zonas protegidas con prohibiciones explícitas a la pesca industrial. Encontraron alrededor de cinco barcos pesqueros por cada 100 mil kilómetros cuadrados en cada avistamiento satelital, comparado con 42 en aguas costeras desprotegidas.
Alrededor del 30 por ciento del área estudiada mostró un día de pesca o menos al año. Pero debido a que muchas de las zonas designadas únicas son pequeñas, la gran mayoría prácticamente no tiene actividad pesquera.
Eso es buena noticia, dijo Raynor, pues sugiere que la pesca furtiva en estas zonas es “sorprendentemente poco común”.
Algunas áreas protegidas más grandes también registraron menos pesca de la esperada. En la Gran Barrera de Coral de Australia, los investigadores detectaron un promedio de 900 horas al año.
El segundo estudio, liderado por Raphael Seguin, estudiante de doctorado en ecología marina en la Universidad de Montpellier, Francia, halló que dos tercios de las flotas pesqueras industriales en 6 mil áreas protegidas no eran rastreadas. Casi la mitad de todas las áreas marinas protegidas incluidas en su estudio mostraron actividad pesquera industrial. Seguin dijo que esto indica la necesidad de más áreas marinas protegidas con estándares más estrictos.
Recientemente, Global Fishing Watch anunció una actualización a su base de datos de monitoreo satelital, que puede detectar embarcaciones más pequeñas y recopilar más información sobre sus actividades.
“Ya no es como antes, cuando las acciones de los humanos en los océanos pasaban prácticamente desapercibidas”, dijo Boris Worm, ecólogo marino y profesor en la Universidad de Dalhousie, en Canadá.
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