Arqueóloga devuelve el brillo del jade a Guatemala y a su gente

El jade, piedra sagrada de los mayas, volvió a brillar en Guatemala gracias a su redescubrimiento en el valle del Motagua y a la arqueóloga Mary Lou Ridinge

  • 14 de septiembre de 2025 a las 16:51
Arqueóloga devuelve el brillo del jade a Guatemala y a su gente

Por Janelle Conaway/The New York Times

El jade era muy valorado por los mayas y otras civilizaciones precolombinas, pero el origen de la piedra que tallaban fue desconocido durante siglos.

El redescubrimiento de jade en Guatemala hace unas décadas, a lo largo de una falla en el valle del río Motagua, ha permitido que la piedra vuelva a brillar en la tierra de los mayas. Hoy se pueden encontrar joyas de jade en boutiques, mercados y pequeñas fábricas de Guatemala, particularmente en Antigua, ciudad Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y reconocida por su rica historia y arquitectura colonial.

A Mary Lou Ridinger, una estadounidense que se mudó a Antigua en 1974 como joven arqueóloga y pronto encontró su primer yacimiento de jade, se le atribuye en gran medida la revitalización de la industria del jade.

Al principio, comentó, encontrar jade no era su sueño, sino el del hombre con el que finalmente se casó, Jay Ridinger. Ella fue a Guatemala a ayudarlo y luego vio la oportunidad de reintroducir la piedra en una región donde había sido apreciada durante 3 mil años antes de la conquista española. Su pensamiento, dijo, fue: “Necesitamos devolver esta historia a la gente. Es su historia. Es su jade”.

En lugar de exportar piedras en bruto, emplearon a descendientes de los mayas para tallar el jade, estableciendo un negocio que ahora se llama Jade Maya. Jay Ridinger falleció en el 2009.

Sin embargo, Mary Lou Ridinger, de 79 años, aún vive en Antigua, donde opera el negocio junto con Raquel Pérez, de 52 años, la gerente general guatemalteca de la compañía. Cuenta con 11 tiendas, 9 en Guatemala y 2 en terminales de cruceros en México y Belice; todas cuentan con museos o exhibiciones adyacentes que muestran cronologías y las áreas donde se veneraba el jade.

Mary Lou Ridinger, quien tiene una maestría en antropología con especialidad en arqueología de la Universidad de las Américas en México, afirmó que era importante “educar a la gente sobre el jade”. Es una conferenciante frecuente sobre el tema y se ha convertido en una crítica abierta de las prácticas mineras destructivas para el medio ambiente.

El jade existe en dos formas, nefrita y jadeíta. La jadeíta —la de Guatemala— es más dura, más rara y, por lo general, más valiosa. La piedra guatemalteca existe en color lila suave, negro con motas metálicas, una gama de verdes y tonos azul verdosos.

Gran parte del jade que sale de Guatemala se ha extraído ilegalmente, afirmó Mary Lou Ridinger, y los grupos narcotraficantes se han involucrado. Añadió que Jade Maya siempre había realizado la recolección superficial en zonas donde los ríos habían atravesado los depósitos de jade, no vía minería subterránea.

Jade Maya, que ahora cuenta con 65 empleados, vende artículos elaborados en sus dos fábricas, incluyendo dijes por menos de 50 dólares, un collar de cabezas de jaguar elaborado a mano en jade negro y ensartado con cuentas de jade verde y rellenas de oro (mil 23 dólares), diseñado por Mary Lou Ridinger; y un collar de cuentas de color lavanda claro con un colgante de corazón morado (5 mil 74 dólares), diseñado por Pérez.

“Si hay alguna manera de proteger el jade y preservarlo para las generaciones futuras en Guatemala, siempre lo haré”, afirmó Mary Lou Ridinger.

© 2025 The New York Times Company

Únete a nuestro canal de WhatsApp

Infórmate sobre las noticias más destacadas de Honduras y el mundo.
Te gustó este artículo, compártelo
Últimas Noticias