Por Tripp Mickle / The New York Times
SAN FRANCISCO — Aun antes de que los aranceles del Presidente Donald J. Trump amenazaran con trastocar el negocio de manufactura de Apple en China, la dificultad de la compañía para fabricar productos nuevos estaba llevando a algunos empleados y asesores a preguntarse si Apple de alguna manera había perdido su magia.
Los aranceles, impuestos el 2 de abril, provocaron que Apple perdiera 773 mil millones de dólares en capitalización de mercado en cuatro días y perdiera brevemente su posición como la empresa más valiosa que cotiza en bolsa del mundo. Pero los inversionistas ya habían empezado a desanimarse respecto a la compañía, haciendo caer el precio de sus acciones un 8 por ciento desde principios de año.
Apple había esperado recuperarse en el último año con un visor de realidad virtual, el Vision Pro, y un sistema de inteligencia artificial, Apple Intelligence. Pero las ventas del Vision Pro han sido decepcionantes, y las funciones distintivas del sistema de IA han sido postergadas porque no funcionaron tan bien como Apple esperaba.
La reputación de innovación de la compañía se ha convertido en una carga, alimentando angustia entre los empleados y la frustración entre los clientes. Ha pasado una década desde el lanzamiento de los éxitos comerciales más recientes de Apple: el Apple Watch y los AirPods. La mitad de sus ventas aún provienen del iPhone, un producto de 18 años que mejora casi cada año.
En una presentación en video de casi dos horas el verano pasado, Apple mostró cómo Apple Intelligence resumiría las notificaciones y ofrecería herramientas de escritura para mejorar los correos electrónicos y mensajes. También reveló una asistente virtual Siri mejorada que podía combinar información en un teléfono, como un mensaje sobre el itinerario de viaje de alguien, con información en internet, como la hora de llegada de un vuelo.
Las funciones de IA no estuvieron disponibles cuando se enviaron los nuevos iPhones. Llegaron en octubre, con aproximadamente un mes de retraso. Los resúmenes de notificaciones tergiversaban las noticias, lo que llevó a Apple a desactivar esa función. Luego, en marzo, la compañía pospuso el lanzamiento en primavera de una Siri mejorada porque pruebas internas arrojaron que era imprecisa en casi un tercio de las solicitudes, dijeron tes personas familiarizadas con el proyecto que hablaron bajo condición de anonimato.
Era la primera vez en años que Apple no embarcaba un producto que había presentado. Tras el retraso, la compañía retiró la responsabilidad del desarrollo de la nueva Siri de John Giannandrea, director de IA de Apple, y se la asignó a Mike Rockwell, responsable de su visor Vision Pro.
A principios del 2023, Giannandrea solicitó la aprobación de Tim Cook, director ejecutivo de la compañía, para comprar más chips de IA, conocidos como unidades de procesamiento gráfico o GPUs, dijeron cinco personas con conocimiento de la solicitud. Estos chips son fundamentales para construir las redes neuronales de los sistemas de IA.
Cook aprobó un plan para duplicar el presupuesto de chips del equipo, pero Luca Maestri, el director financiero de Apple, redujo el aumento a menos de la mitad, dijeron las fuentes. La falta de GPUs significó que el equipo que desarrollaba sistemas de IA tuvieron que negociar potencia computacional de centros de datos con proveedores como Google y Amazon, afirmaron dos de las fuentes.
Trudy Muller, vocera de Apple, dijo que la compañía había cumplido con la solicitud de presupuesto de Giannandrea para GPUs de forma gradual, en lugar de hacerlo de una sola vez.
Apple ha enfrentado una fuga de talento en los últimos años. La compañía se ha quedado con líderes, tanto antiguos como nuevos, con menos experiencia en desarrollo de productos. Giannandrea, quien se incorporó a la compañía en el 2019 procedente de Google, nunca había liderado el lanzamiento de un producto de alto perfil como la Siri mejorada.
Apple no ha cancelado su Siri renovada. La compañía planea lanzar una asistente virtual en otoño capaz de hacer cosas como editar y enviar una foto a un amigo, informaron tres personas con conocimiento de sus planes.
Cook, de 64 años, se ha mostrado reticente a lo largo de los años a brindar una orientación clara y directa en materia de desarrollo de productos, dijeron tres personas familiarizadas con la manera en que funciona la empresa.
“Es claramente un colapso del liderazgo, la comunicación y los procesos internos”, declaró Benedict Evans, un analista independiente que anteriormente trabajó como inversionista de riesgo en Andreessen Horowitz.
Brian X. Chen contribuyó con reportes a este artículo.
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