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Exrehén de FARC narra su 'milagroso' regreso a la libertad

Luis Alberto Erazo se salvó de ser asesinado como cuatro de sus compañeros. Fue prisionero durante 12 años.

29.11.2011

El sargento de la Policía colombiana Luis Alberto Erazo, rehén de la guerrilla FARC que el sábado se salvó de ser asesinado como cuatro de sus compañeros, narró este lunes las circunstancias 'milagrosas' que le permitieron volver a la libertad tras casi 12 años de cautiverio en la selva.

Envejecido y delgado, pero con buen ánimo, Erazo atribuyó el no haber corrido la misma suerte de sus compañeros de cautiverio al olvido de una orden que los guerrilleros les habían dado para un caso de que fueran sorprendidos por un ataque del Ejército.

'A nosotros nos dijeron que nos iban a respetar la vida y que nos iban a entregar a nuestras familias y nos habían dicho que (en caso de un ataque del Ejército) no diéramos un paso del guardia. A mí se me olvidó (...) y no fui para donde ellos', narró a periodistas desde el lecho del hospital de la Policía en Bogotá donde se recupera.

'Ellos (sus compañeros) se fueron para allá (hacia los guerrilleros) y los mataron a mansalva', agregó, tras calificar de 'mentirosos' a los insurgentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas).

Erazo, quien recuperó milagrosamente la libertad tras casi 12 años en poder de la principal guerrilla colombiana, dijo que al sentir los primeros disparos -el pasado sábado temprano-, empezó a correr hacia la montaña aprovechando que el centinela que lo cuidaba le dejó el campo libre pues corrió hacia una cañada.

'Cuando estoy bajando mi carpa empiezo a escuchar los primeros disparos, miles de disparos. En una de esas siento que a mí me dan en la cara y otro en el cuello. Yo arranco a correr y me caigo. Empiezo a subir y a subir y dos guerrilleros detrás de mi quemándome, estuvieron a punto de alcanzarme, luego me les corro más y me les pierdo en la jungla', agregó.

Escondido entre la manigua y caminando tratando de encontrar el río Caquetá escuchó un ruido, entonces cuidadosamente se acercó al lugar y vio a un militar. 'Se me viene con armamento (fusil listo para disparar) y yo le digo: 'policía, policía', el dijo 'ejército, ejército, bienvenido amigo, compañero'. La felicidad total, temblaba', refirió.

Erazo se enteró de la muerte de sus cuatro compañeros luego de haber sido sacado de la selva en helicóptero, donde, según narró, al ver la inmensidad de la selva le dio mucha tristeza y estuvo a punto de llorar pensando que sus compañeros quedaban allí.

'A uno se le arruga el corazón', dijo.

Tras enfrentamientos entre rebeldes y soldados, los militares hallaron el sábado hacia las 10H00 (15H00 GMT) los cuerpos de los otros cuatro rehenes, tres policías y un militar, asesinados por sus captores, de acuerdo con el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.

Los restos del coronel Édgar Yesid Duarte y los tenientes Elkin Hernández y Álvaro Moreno, los tres de la Policía, y del sargento del Ejército José Libio Martínez, el más antiguo rehén de la guerrilla, secuestrado el 21 de diciembre de 1997, llegaron la noche del domingo al aeropuerto militar de Bogotá, donde recibieron honores póstumos y se ofició una misa en su memoria.

'Yo siento que Dios está conmigo, que Dios me da una nueva oportunidad y que de la misma forma como hay Dios hay mal y el mal es las FARC', señaló Erazo al tratar de explicar la forma milagros como sobrevivió.

Un parte médico divulgado este lunes indica que el sargento se encuentra en 'aceptable estado de salud', bien emocionalmente y con 'muchas ganas de vivir'.

Físicamente presenta herida en el pómulo izquierdo que ya fue tratada, cicatrices en el cuello causadas por esquirlas de explosivos, además de pérdida de dentadura, puntualizó el informe.

Según el sargento, quien el domingo en el hospital se reunió con su madre, esposa, hija y nieto, dijo que los guerrilleros los mantenían la mayoría de tiempo encadenados, incluso cuando les tocaba día de baño.

'A veces nos manteníamos encadenados día y noche. Bañarnos también nos tocaba encadenados. A veces nos encadenaban de 6 de la mañana a 6 de la tarde', precisó, tras explicar que el horario de las cadenas 'dependía de los comandantes' guerrilleros responsables de su cuidado.

A los restantes uniformados que quedan en poder de las FARC, los exhortó a conservar la 'fuerza y el valor', y les pidió que 'se encomienden a Dios'.

'Lo mismo que nos pasó a nosotros no les va a pasar a ellos', dijo, y los llamó a que 'no confíen en las mentiras de esos mentirosos'.

Las FARC, con 47 años de lucha armada, mantienen secuestrados todavía a por lo menos 13 policías y militares, que plantean canjear por sus guerrilleros presos. La mayor parte de los rehemes lleva más de 10 años en cautiverio.

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