Jerusalén, Israel.- Sumidos en la desconfianza y la esperanza de que el actual alto el fuego sea duradero, los israelíes recibieron este jueves con emociones encontradas la tregua entre Israel y el grupo islamista Hamás, tras dos años de conflicto, más de 67.000 palestinos muertos y aún 48 cautivos en Gaza.
En la calle Jaffa de Jerusalén, una de las arterias comerciales más transitadas de la ciudad, el ambiente festivo por la celebración del Sucot contrasta con la tensión de los últimos años; familias pasean y disfrutan de las terrazas mientras la tregua domina las conversaciones.
Dudas de "volver a la vida normal"
"Es esperanzador después de dos años de guerra. Nosotros siempre tenemos esa esperanza de que se acabe y volver a la vida normal", dice a EFE Elías, un joven de 26 años originario de Melilla que reside en Israel desde hace una década.
También Rachel, israelí de 66 años, recibió la noticia con entusiasmo: "Estoy muy feliz, somos bendecidos, es tiempo para la paz”, afirma a EFE, y recuerda que "dos años de conflicto es mucho tiempo" y que tanto el Ejército israelí como el pueblo de Israel quieren paz.
La posibilidad de que los 48 rehenes regresen al país en los próximos días, entre ellos solo hay una veintena vivos, despierta también la esperanza entre la población. "Solo espero que vuelvan los rehenes y que no hayan sido sacrificadas en vano todas las vidas que nuestros soldados han dado para defenderlos y traerlos a casa", señaló Yitzchak, residente en Jerusalén.
Aun así, el recelo no desaparece. Elías aseguró que con Hamás, que "usa a los rehenes como moneda de cambio", no existe una garantía absoluta de que las negociaciones lleguen a buen puerto, pero expresó su deseo de que "las cosas resulten de la mejor manera posible".
Otra duda que se deriva de la situación es si es lo suficiente para un Nobel de la Paz a Trump. Las opiniones sobre el presidente estadounidense, Donald Trump, impulsor del plan para Gaza y nominado al Premio Nobel de la Paz por el primer ministro Benjamín Netanyahu, también están divididas.
"Algún mérito se le puede dar a Trump como personaje histórico; no sé si el Nobel, pero desde su llegada el conflicto ha dado un giro hacia posturas más intermedias", opinó Elías.
Los riesgos que persisten
Acción contra el Hambre instó este jueves a garantizar la seguridad de los movimientos y establecer zonas seguras dentro de la Franja de Gaza para permitir el ingreso de ayuda humanitaria, ante la implementación del acuerdo de paz entre Israel y Hamás tras dos años de conflicto. Según De Prado, los movimientos del personal son complicados debido a la inseguridad y a la falta de corredores humanitarios estables.
"Cada desplazamiento requiere autorización y supervisión, pero no hay garantías de seguridad; nuestros equipos se exponen constantemente", explicó.
Escenarios posibles ¿Lo que podría pasar?
Israel y Hamás alcanzaron el miércoles un acuerdo basado en el plan para Gaza promovido por Trump. El entendimiento, negociado de manera indirecta en Egipto por los mediadores, deja ahora el peso de su aplicación en los detalles.
Los analistas advierten que la prudencia es necesaria, ya que los intentos previos de tregua no han prosperado. El primer escenario posible es el más optimista: un avance sostenido hacia la paz. En este caso, la ayuda internacional fluiría sin obstáculos, se implementaría un programa de reconstrucción verificable y ambas partes cumplirían las etapas acordadas. La comunidad internacional, especialmente Estados Unidos y Egipto, jugaría un papel clave en el seguimiento y la mediación para mantener los compromisos.
El segundo escenario es menos alentador, pero históricamente probable: una paz frágil y prolongada sin avances políticos concretos. El alto el fuego podría mantenerse durante años bajo una “calma tensa”, sin resolver los temas de fondo como las fronteras, el retorno de refugiados o la libre circulación. Este tipo de tregua suele derivar en un estancamiento que posterga indefinidamente la solución definitiva.
El tercer escenario es el más crítico: el colapso del acuerdo y el regreso a la violencia. La falta de cumplimiento en la liberación de rehenes o en la retirada militar sería una violación grave del pacto, generando represalias inmediatas.