Adam Koessler podría ser condenado a pasar una veintena de años en la cárcel por tratar de curar o calmar los terribles dolores que sufría su hija de dos años, Rumer Rosa, a consecuencia de un cáncer de estómago.
Estudié los efectos medicinales positivos que tenía el aceite de cannabis en cánceres como el de mi hija y se lo suministré tratando de curarle o, al menos, calmarle los dolores, dijo en su defensa Koessler.
Pero el gobierno australiano no aprobó este intento de tratar a la menor y Adam fue arrestado por “administrar aceite de cannabis con fines medicinales” a su hija de dos años, y por “posesión de drogas peligrosas“, pudiendo enfrentarse a más de veinte años de cárcel.
A pesar de la existencia de evidencias científicas de los efectos positivos del cannabis en las células cancerosas, el gobierno australiano sigue criminalizando el uso y consumo del cannabis, por lo que Adam Koesser es condenado a prisión.
Tras la acusación, la policía prohibió a Adam ver a su hija, y se le apartó de su cuidado para someter a la niña de dos años a un tratamiento agresivo de quimioterapia.
Tras la presión mediática, las más de cien mil firmas recogidas por voluntarios y la incansable lucha del padre, las autoridades permitieron a Adam volver a ver y a estar con su hija.
El neurocientífico Michele Ross asegura para la revista Reset.me que todo el mundo podría beneficiarse del uso del aceite de cannabis.
“El cannabis es la llave para abrir la medicina preventiva” porque, asegura el doctor Ross, “ayuda a proteger el ADN del daño, lo que permite ralentizar los procesos de envejecimient” dijo el especialista.