El presidente Barack Obama y su contendiente republicano Mitt Romney recorrían este domingo a marcha forzada estados estratégicos de Estados Unidos, en el penúltimo día de la campaña hacia la Casa Blanca, una lucha que los sondeos auguran muy cerrada.
Obama y Romney se sobreponían al evidente cansancio en este remate final de la campaña, para luchar palmo a palmo por los votos en los estados considerados claves, que los puedan guiar a la victoria en las elecciones del martes.
Un último sondeo de ABC News/Washington Post este domingo mostró a los candidatos empatados con 48% de intención de voto. La página web RealClearPolitics, que promedia encuestas, también los tenía cabeza a cabeza, aunque Obama parece conservar una mínima ventaja en estados cruciales.
El frenético final de la campaña llega con la ola de la tormenta Sandy, que devastó la costa oriental de Estados Unidos. Esto le dio a Obama una posibilidad de entrar en acción como comandante en jefe y mostrar bipartidismo al trabajar con autoridades republicanas como el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, y dejó a Romney batallando para encontrar el tono correcto.
Últimas cartas
“¡Dos días! ¡Dos días para ponernos a trabajar!”, exclamó optimista Romney en su primer acto de campaña el domingo, en Des Moines, Iowa (centro), donde volvió a hacer un contraste entre lo que a su juicio son las políticas fracasadas de Obama y su oferta de reavivar la economía y generar empleo.
“El presidente piensa que la respuesta es más gobierno. No, la respuesta es más empleos de calidad”, dijo el exgobernador de Massachusetts (noreste), de 65 años.
“En última instancia, la decisión es de ustedes. Ustedes tienen el poder. Ustedes tomarán la decisión, en dos días, que moldeará el destino del país en las décadas por venir”, dijo por su parte Obama ante seguidores en Concord, New Hampshire (noreste).
Obama, quien retomó en los últimos días su lema favorito de la campaña de 2008 de “cambio”, busca retener en su poder New Hampshire, de tradición demócrata, dentro del matemático pulso por obtener el martes al menos 270 votos de los 538 en el colegio electoral, en este país donde la elección presidencial es indirecta.
Obama, de 51 años, estuvo acompañado por el expresidente Bill Clinton, que ha realizado en paralelo una extenuante gira para defender la gestión del mandatario.
Obama remató la jornada de 20 horas de campaña de ayer con paradas en Colorado (oeste) y Wisconsin (norte).
Romney no se queda atrás, y tras Ohio, se encontrará con seguidores en Pensilvania (este), un estado al que corteja dentro de su estrategia de ampliar sus opciones para conseguir el mínimo de 270 votos en el colegio electoral y convertirse en el presidente número 45 de Estados Unidos.
Obama dará sus últimos discursos de campaña hoy en Wisconsin, Ohio y Iowa, antes de llegar en la noche a su feudo de Chicago (Illinois, norte), donde permanecerá la jornada del escrutinio.
De su parte, Romney, quien adoptó en los últimos días un mensaje integrador para atraer el máximo de indecisos moderados, esperará los resultados en Boston (Massachusetts), tras una última jornada de campaña que lo llevará en apresurada marcha por Florida, Virginia (este), Ohio y New Hampshire.
El estado de la contienda
En 41 estados más el Distrito de Columbia, los resultados son bastante previsibles. Estados como Texas y Alabama casi con seguridad apoyan a Romney; California y Nueva York están entre los que favorecen a Obama.
Una cuenta de la Associated Press muestra que Obama está adelante en estados que suman 237 votos electorales; Romney tiene ventaja en estados que totalizan 191. Si eso se mantiene, Obama debe ganar en suficientes estados indecisos para acumular 33 votos electorales más. Romney necesita 79 más.
Los dos estados indecisos que más votos electorales dan son Ohio, con 18, y Florida, con 29. Encuestas muestran que los candidatos están empatados en Florida, pero Obama tiene una ligera ventaja en Ohio.
Ambos estados son cruciales para Romney. Si Obama gana Florida, Romney necesitaría ganar todos los restantes estados indecisos, incluido Ohio.
Si Romney gana en Florida, pero pierde Ohio, Obama estaría a solo 15 votos electorales de la victoria. Eso lo dejaría con varios caminos hacia el triunfo. Por ejemplo, podría ganar obteniendo Nevada (seis electores) y Wisconsin (10), dos estados donde las encuestas lo muestran con ventaja.
Debido a esas posibilidades, muchos analistas ven a Ohio como el estado esencial la noche de la elección. Ningún candidato presidencial republicano ha ganado la Casa Blanca sin haber obtenido la victoria en ese estado del centro de la nación.
Los otros cinco estados indecisos son Carolina del Norte (15), Virginia (13), Iowa (6), Colorado (9), y Nuevo Hampshire (4).
Una semana de espera
Los analistas advierten que Estados Unidos podría verse forzado, una vez más, a esperar semanas antes de saber quién será el ocupante de la Casa Blanca.
“Esta podría ser otra elección decidida por la justicia”, advierte Paul Sracic, titular del departamento de ciencia política en la universidad estatal de Youngstown, Ohio (norte).
Pese a que las encuestas otorgan a Obama una ventaja en la mayoría de los estados clave, la misma es estrecha, entra en el margen de error, y los sondeos no siempre aciertan.
La elección presidencial en Estados Unidos es indirecta. Cada estado aporta un número de votos al colegio electoral, y los aspirantes necesitan al menos 270 votos dentro del colegio para acceder a la Casa Blanca.
La Suprema Corte de Justicia terminó por resolver la elección de 2000 en favor del republicano George W. Bush, tras un recuento de votos en Florida (que aporta 29 votos al colegio electoral) donde hubo un empate con el demócrata Al Gore.
El problema este año es que podría haber muchos votos observados y ausentes, que la ley no permite contabilizar hasta 10 días después de la elección.
“Si la elección es muy cerrada en Ohio, pasarán por lo menos algunas semanas” hasta conocer el resultado en este estado clave, dijo Rick Hasen, experto en derecho electoral de la escuela de leyes de Irvine, Universidad de California, y autor de The Voting Wars.
Las respectivas campañas ya asignaron ejércitos de abogados para prepararse para la pelea si se da un escenario de empate.