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El liderazgo del Papa Francisco a la conquista de la región menos católica de Latinoamérica

La Jornada Mundial de la Juventud en Panamá es considerado un evento con sello centroamericano, aunque cuatros de los cinco países menos católicos de América Latina pertenecen a esta zona, según Latinobarómetro

22.01.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El liderazgo y el carisma del papa Francisco no han sido suficientes para frenar la acelerada caída del número de católicos en Latinoamérica. Y este fenómeno ha sido más marcado en Centroamérica, la región que recibe este miércoles al pontífice como parte de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá.

Cuatro de los cinco países menos católicos en América Latina pertenecen al istmo centroamericano, según un sondeo de Latinobarómetro con datos actualizados al 2017, titulado “El papa Francisco y la religión en Chile y América Latina” y que incluye encuestas en 18 naciones.

Honduras ocupa el primer lugar del país con menos porcentaje de católicos en el área latinoamericana. En segunda posición se cuela Uruguay, mientras que El Salvador, Nicaragua y Guatemala completan el listado, en ese orden.

A diferencia de Uruguay, la caída de seguidores católicos ha ido en proporción inversa al aumento de evangélicos, por lo que se concluye que ha ocurrido un trasvase de fieles entre ambas corrientes del cristianismo. Por lo que respeta a la nación sudamericana, es mayoría la categoría de ateos, agnósticos o ninguna religión.

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Panamá, sede del encuentro religioso, no ha sido ajena al giro de fe. Este país, con un 55% de personas que profesan el catolicismo, está en la novena posición en América Latina, pero en 1995 era prácticamente católico, con un 89% de adeptos a esta religión (una caída en 34 puntos porcentuales).

Lo mismo ha ocurrido en el resto de Centroamérica. Honduras, de nuevo en primera posición, es la nación en Latinoamérica con el mayor desplome de católicos. Antes (en 1995) casi 8 de cada diez hondureños eran católicos. En 2017 ese número pasó a cuatro de cada diez.



Los analistas valoran la imagen positiva de Francisco a nivel global (y entre comunidades de otras religiones), pero los números revelan que su gestión no ha sido capaz de aplacar la fuga de creyentes que empezó a principios de este siglo.

Desde el ascenso de Jorge Bergoglio como Papa en 2013, los números también van en declive, a excepción de México, el único país que reporta un aumento en la proporción de fieles.