El miedo traicionó a Luis Cortez el pasado 26 de septiembre, cuando regresaba a su casa luego de dejar a sus hijos en la escuela.
Cortez, originario de Honduras, vive en Estados Unidos desde hace siete años y aunque nunca ha tenido problemas con la ley, se encuentra en el país norteamericano como indocumentado y ahora está bajo un proceso de deportación.
Durante todos esos años ha trabajado sin descanso para darle una vida mejor a su familia; sin embargo, su 'sueño americano' pende de un hilo.
El portal Mundo Hispánico de Atlanta informó que esa mañana, Cortez, de 29 años, regresó a su casa en un vecindario de Carllton, Georgia, sin saber que agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) montaban un operativo para capturar a un fugitivo.
El joven se acercó al edificio de apartamentos en el que residía cuando, a punto de estacionarse, se dio cuenta de que las autoridades realizaban una redada.
En cuestión de segundos, Cortez retrocede en su camioneta y alertó a uno de los agentes que se acercó corriendo al vehículo.
La acción despertó sospechas en uno de los agentes que estaba dentro de un vehículo particular, quien decidió abordarlo para descartar que no se tratara del prófugo al que buscaban, indicó el ICE.
La agencia aclaró que el fugitivo, cuya identidad declinó revelar para no afectar la investigación, que no tenía ninguna relación con Cortez.
Viendo al agente acercarse, el hondureño acelera, una patrulla del ICE, con las luces azules y sirena encendidas, aparece de donde estaba oculta y le corta el paso.
Los oficiales federales sacaron al catracho del carro y lo arrestaron de inmediato. Fue cuestión de minutos para que el sitio estuviera lleno de patrullas, ya que el ICE pidió apoyo a la policía local cuando vio las intenciones de Cortez.
No obstante, el joven no era a quien buscaban y tampoco tenía antecedentes. Fue por ello que no presentaron cargos en su contra por tratar de escaparse; pero como descubrieron que Cortez era indocumentado, lo arrestaron para deportarlo.
'Al momento que trató de huir, puso en peligro la vida de nuestro agente y de los demás residentes del vecindario y eso nos hace creer que es un riesgo para la sociedad', indicó el portavoz del ICE en Atlanta, Vincent Picard.
“Reconozco que traté de huir, pero fue por miedo, pues pensé que era algún ladrón ya que en días pasados habían ocurrido robos ahí”, manifestó Cortez. “No estoy acostumbrado a ver hombres armados que se me acercan”.
El hondureño, que se encuentra en prisión desde entoces, aseguró que no tenía ninguna razón para tratar de evadir a las autoridades, porque es 'una persona de bien. Nunca le he hecho mal a nadie'.
“No puedo asegurar si el señor Cortez vio las iniciales de ICE en el chaleco de nuestro oficial, pero sí tuvo que ver las luces detrás de su auto”, señaló Picard.
El vocero sostiene que Cortez 'será removido del país porque estaba aquí ilegalmente y no califica para ningún beneficio que le permita quedarse'.
El compatriota fue vestido con un uniforme rojo, mismo con el que son clasificados los reos violentos que cometieron delitos graves.
En su primera audiencia, un magistrado le impuso una fianza de 30,000 dólares para poder defenderse en libertad; pero debido a la condición de su familia, no fue posible conseguir el dinero.
'A la esposa de mi cliente la sacaron de donde vivía porque no tenía dinero para pagar la renta ya que no trabaja. ¿De dónde va a sacar tanto dinero para la fianza?, es algo absurdo', dijo Amy Velasquez, abogada de Cortez.
Según Mundo Hispano, las organizaciones Latinos Unidos de Carrollton (LUCC) y Alianza Latina Pro Derechos Humanos de Georgia (GLAHR) iniciaron una campaña en favor de la liberación de Cortez, quien no tiene antecedentes penales.
Aseguran que su única falta es haber tenido miedo por ser indocumentado y que él no representa un peligro para la sociedad.
'No soy un criminal para que me tengan encerrado aquí. Si me dejaran libre para estar con mi familia', clamó el hondureño, quien es padre de tres niños y asiste a la iglesia tres veces por semana.