En los últimos 17 años, el país ha tenido oportunidades para salir de su letargo económico y social, pero ha desaprovechado las facilidades. La mala política interna no solo condujo al derroche de la ayuda internacional, sino que actualmente obstaculiza el acceso de nuevos recursos de los cooperantes.
Durante el gobierno del presidente Ricardo Maduro (2002-2006), Honduras accedió a más de 200 millones de dólares donados por Estados Unidos a través de la Cuenta del Milenio, ayuda que el cooperante administró y ejecutó eficientemente. Sin embargo, el país no ha logrado acceder a un segundo compacto porque no cumple con el requisito de reducir la corrupción, entre otros.
Después de un largo proceso, los acreedores -entre 2006 y 2009- le perdonaron a este país más de 2,444 millones de dólares de deuda externa, bajo el compromiso de que los recursos dejados de pagar se destinaran a la reducción de la pobreza, sin embargo, los fondos fueron dilapidados.
Ante el fenómeno migratorio producto de la extrema violencia que viven los países del Triángulo Norte, Estados Unidos nuevamente favorece a Honduras con más dinero a través del plan Alianza para la Prosperidad, un planteamiento que en noviembre de 2014 la administración de Barack Obama presentó en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo, al cual el gobierno hondureño le ha dado seguimiento efectivamente.
Ahora con la amenaza de la administración del presidente Donald Trump de no renovar el Estatus de Protección Temporal (TPS) a unos 60 mil hondureños, resulta urgente que el dinero proveniente del plan Alianza para la Prosperidad sea administrado estrictamente en desarrollar las capacidades que el país tiene para la generación de empleo y así evitar que nuestros compatriotas migren hacia Estados Unidos o Europa en busca de una oportunidad para salir adelante.
Como muchas veces nuestras autoridades no entienden eso, es bueno hacerles pensar y urgir su mirada a estos procesos porque la aprobación de los recursos que Estados Unidos hizo para cada país está en el orden de mil millones de dólares, por un término de cinco años. No desaprovechemos esta nueva oportunidad.