Tegucigalpa, Honduras.-El Tribunal de Honor del partido Libertad y Refundación (Libre) se disolvió de manera oficial, luego de la renuncia de la magistrada Patricia Murillo Gutiérrez.
En un crítico documento de cuatro páginas, enviado desde el pasado 1 de agosto, se urge al coordinador general de Libre, Manuel Zelaya Rosales, reforzar el Norte Ético: el Tribunal de Honor de Libre.
"Solicitamos que la Asamblea restituya urgentemente el Tribunal de Honor de Libre. Que se respete su mandato. Que se le dote del conocimiento institucional y los apoyos necesarios para cumplir con su papel", cita la misiva.
Fuerte llamado a bases del partido
El documento recuerda que la función del tribunal es vigilar y asegurar el cumplimiento de las obligaciones éticas de los miembros para cambiar la política y que no puede desconocer la gravísima situación que atraviesa el Tribunal de Honor, sin integrantes.
Más grave aún, indica el comunicado, cuando una crisis moral se manifiesta cada vez más, con publicaciones que cuestionan incluso a altos dignatarios.
"Algunos imputados escapan de nuestra jurisdicción renunciando a su membresía, y pese a nuestros esfuerzos por cumplir la misión, reconocemos que hoy el Tribunal le falla al Partido -e incluso al país-, ante los cuales nos disculpamos. No podemos ya denunciar ni recomendar resoluciones", aseguran.
La crisis del tribunal refleja el estado general de la clase política. "Se habla mucho de elecciones y de los mecanismos para garantizar su confiabilidad, y muchos confiamos en que volveremos a ganarlas, y en la candidata", reza el comunicado.
No obtante, cuestiona los debates que hacen de quién es más corrupto, como si el problema no fuera la corrupción en sí. No se reflexiona sobre el sentido y el compromiso de gobernar. No se analiza la gestión, ni el servicio público, ni se sopesan las políticas que podrían representar opciones más eficaces y las consecuencias de los errores.
"Preocupados por su reelección, nuestros representantes parecen entretenidos, inocentes de toda propuesta o idea útil. Para reconectar a la política y a los políticos con los ciudadanos, hace falta más y no menos política: encuentros, consultas, diálogos sinceros, debate y campañas con la gente. Política inteligente", recomiendan.
Aunque el tribunal reconoce que no hay salida que no sea política, admiten que muchos confunden la política con el acarreo de votos donde terminan fallándole al país.
"Nuestro propio ideario, la política democrática es la construcción y el ejercicio legítimo y colectivo del poder compartido, mediante procesos institucionales que garanticen la participación igualitaria, la deliberación pública y el respeto al pluralismo, bajo un orden que se legitima al limitar el poder burocrático y proteger los derechos y libertades de individuos y comunidades, asegurando las condiciones para que el pueblo ejerza realmente el poder. Debe ser patrimonio de todos", cuestiona.
El comunicado agrega que "una política donde el liderazgo se funde en la autoridad moral, el pensamiento crítico y la empatía, y no en la fresca sombra -por cercanía al poder- del padrino. Cuyos programas expresen compromisos concertados, no meras promesas huecas. Donde los partidos sean instrumentos del ciudadano, no medios para manipularlo".
La política hondureña, cuestiona el tribunal, sigue siendo esa politiquería con que los corrillos procuran sinecuras y beneficios del poder, mientras las argollas fraguan impunidad sin fisuras, calificándola como inaceptable y que no debe continuar.
Otro detonante de esta crisis, según el Tribunal de Honor de Libre, es la creciente conciencia del pueblo, que atribuye a Mel Zelaya, a ayudar a despertar y que hoy se desestima por cuenta propia.
"El malestar ante la disfunción de una administración que no puede dar resultados, porque responde a monopolios de poder y a la polarización, que se pretende resolver con componendas e insultos, en lugar de con deliberación transparente, respetuosa y plural de las opiniones diversas", existe, señala el documento.
"Sabemos que se ha hecho mucho, bueno: energía, inversión; lastimosamente, se han desviado recursos, de modo que ¡no alcanzó para lo esencial! El bienestar general".
Advierte que tal vez la clase política no percibe aún la profundidad de esta crisis, la imposibilidad de continuidad o salida, que podría quedar al descubierto en noviembre.
"No lo ven muchos analistas. Enfrentamos algo peor que la disfunción del sistema electoral y de partidos desconectados de la gente. Se trata de algo más temible y profundo que el fracaso cíclico de la gestión o la elección: Honduras arrastra un rezago estructural que amaga el colapso de la legitimidad, que nos arrastra a la ruina del poco orden en que subsisten nuestros derechos más elementales: al trabajo, a la participación , a la seguridad, al servicio básico", reitera.
El Tribunal de Honor de Libre
El Tribunal se creó en julio de 2012, durante la primera asamblea del partido. Fue establecido en los estatutos para vigilar y asegurar el cumplimiento de las obligaciones éticas de los militantes.
Mientras estuvo activo emitió fallos contra diputados, alcaldes, regidores y funcionarios acusados de traicionar los principios del partido, incluso enfrentándose a coordinadores nacionales de movimientos internos.
En los últimos años, se han dado de baja varios de sus miembros. Sonia Marlina Dubón renunció para asumir un cargo público; fue reemplazada por Patricia Murillo.
Julio Escoto dimitió en febrero de 2022 tras la crisis en el Congreso Nacional que derivó en un fallo contra Jorge Cálix y otros diputados; también dejó el cargo Hellen Umaña en solidaridad.
Finalmente, en septiembre de 2024, Rodolfo Pastor presentó su renuncia tras ser nombrado embajador, alegando que la campaña política de su hijo comprometía su imparcialidad.
"Con el compromiso de mantener la trinchera, el Tribunal siguió funcionando mientras se notificaban estas renuncias a la Asamblea, la cual debe aceptarlas antes de proceder a los reemplazos. Pero hasta hoy no hemos recibido comunicación al respecto", cuestionan.
Las vacantes prolongadas han mermado el funcionamiento de la institución, que solo cuenta con la autoridad moral de sus miembros, y se debilita en el marginamiento y el silencio de otras autoridades.
Con la renuncia de Murillo Gutiérrez, el Tribunal quedó reducido, en la práctica, a un solo miembro activo: Galel Cárdenas, incorporado en 2022