Honduras cerrará el 2011 con un promedio de 19 homicidios al día, cifra que se pudo haber bajado si el gobierno hubiera tomado a tiempo medidas contundentes contra la delincuencia y criminalidad.
Según el informe especial del Observatorio de la Violencia de la UNAH, hasta el 15 de diciembre de 2011 (350 días del año), en el país habían muerto 6,723 personas.
Si a esta impresionante cantidad de homicidios se suman otras causas como las muertes por accidentes de tránsito, los suicidios, las muertes no intencionales y las indeterminadas, los fallecimientos llegan a 9,266, es decir, 26.4 al día.
En 2010, las muertes por causas externas (muertes no naturales) ascendieron a 8,393. De esta cantidad, se contabilizaron 5,842 homicidios.
La reducción de homicidios se reportó en el país en noviembre (483) y en los primeros 15 días de diciembre hubo 213 muertes. Esta reducción fue producto de la Operación Relámpago, que implicó enviar militares a las calles, en operativos independientes a los que realiza la Policía.
La medida fue necesaria luego de comprobarse que al interior de la Policía funcionaban carteles dedicados al sicariato, narcotráfico, robo de vehículos, robo de viviendas, extorsiones, secuestros y cobro del mal llamado 'impuesto de guerra'.
Pese a la podredumbre detectada en el cuerpo policial, la depuración no se ha efectuado.
Esto significa que todos los policías involucrados en actividades ilícitas mantienen el uniforme y sus armas de reglamento. Incluso, EL HERALDO reveló que un miembro de la actual cúpula policial fue investigado por nexos con el narcotráfico, sin embargo, sigue activo y al frente del importante cargo.
Tampoco el gobierno ha querido dar luz verde a una intervención de la Policía, tal y como lo ha demandado la sociedad civil. Después de revelarse la corrupción en el cuerpo policial, los índices de criminalidad se redujeron y no volvieron a aparecer jóvenes u otras personas ejecutadas en los alrededores de la capital y en otros sectores del país.
Además, de las 6,723 víctimas, al menos 5,700 (84.8%) fueron asesinadas con arma de fuego, 677 personas con arma blanca, 161 con arma contundente, 108 fueron estranguladas o asfixiadas, 60 perdieron la vida con arma de fuego y arma blanca, 9 fueron quemados, siete fueron ahogados y una fue lanzada al vacío.
Sicarios en acción
El informe revela que del 1 de enero al 15 de diciembre, al menos 1,840 hondureños fueron víctimas de los sicarios, quienes cometieron los crímenes por supuestos ajustes de cuentas.
375 fueron asesinados por robo, 332 por riñas interpersonales, 84 murieron en acciones policiales, 76 por supuestos vínculos con maras, 57 por violencia doméstica, 30 por problemas de tierra, 24 por extorsiones y 23 por violencia intrafamiliar.
Pero el dato más preocupante es que en 3,839 homicidios (el 57.1%), las autoridades policiales no reportan un posible móvil, lo que demuestra las serias deficiencias en materia de investigación en el país.