Tegucigalpa, Honduras.- A pocos meses del fin de la actual administración, varios embajadores y cónsules siguen sin recibir el beneplácito oficial necesario para ejercer sus funciones, una situación que, según el analista en relaciones internacionales Graco Pérez, podría responder a razones ideológicas y políticas.
Pérez explicó que existen cartas credenciales de diplomáticos de países clave como Israel, Suecia, Georgia e incluso de la Unión Europea que no han sido aceptadas por el gobierno hondureño.
Esta omisión, según el experto, no es producto de una simple agenda ocupada en Casa Presidencial, sino una acción deliberada que refleja una visión internacional sesgada por simpatías ideológicas.
“Todo indica que, por motivos ideológicos, no se reciben las credenciales de embajadores como los de Israel o de la Unión Europea. En el caso de Suecia, podría estar vinculado con su respaldo a Ucrania en la guerra contra Rusia, mientras el gobierno hondureño ha mostrado simpatía hacia Moscú”, expresó el experto.
Pérez lamentó que se antepongan intereses políticos a la buena marcha de las relaciones internacionales.
“Están sacrificando las relaciones exteriores por razones ideológicas que afectan a la mayoría de los hondureños. Se prioriza una postura partidaria en lugar del interés nacional”, subrayó.
Según Pérez, los embajadores ya entregaron las “copias de estilo” a la Cancillería, pero aún falta el paso final: la recepción formal de credenciales por parte de la presidenta de la República.
“Esto no toma más que una mañana o una tarde. Si se quiso, ya se hubiera hecho”, afirmó.
Uno de los casos más significativos, según Pérez, es el del embajador de la Unión Europea, quien está en el país desde el año pasado sin poder asumir plenamente sus funciones.
“Se trata de uno de nuestros socios estratégicos más relevantes en comercio, cooperación y financiamiento. Ignorarlo es inaudito”, subrayó.
El analista también advirtió que esta postura podría tener implicaciones en los próximos comicios electorales.
“Ya vino una comisión avanzada de la Unión Europea para evaluar si se enviarán observadores internacionales. Sin un embajador acreditado, las comunicaciones se dificultan y podría interpretarse como una maniobra para limitar la observación internacional”, agregó.
La situación, según el analista, se agrava con el caso de Estados Unidos, donde actualmente solo hay un encargado de negocios.
“Aún no se ha oficializado la llegada de un embajador formal, lo que indica que podría estarse aplicando la misma lógica de parálisis diplomática intencionada”, comentó.
Otro ejemplo preocupante es el del cónsul honorario de Ucrania, un ciudadano hondureño que representa al país europeo, pero que tampoco ha recibido la autorización correspondiente del Comité Nacional, requisito indispensable para ejercer su rol.
“Este bloqueo muestra un patrón claro: si el país no está alineado con la visión ideológica del gobierno, simplemente no se le da paso”, denunció.
Finalmente, Graco Pérez cuestionó la incoherencia del gobierno al abrir embajadas en países como India y Qatar mientras ignora a diplomáticos que ya están en suelo hondureño.
El experto instó a no minimizar este tema ni dejarlo en el olvido, al considerar que las consecuencias pueden ser graves para la imagen y los intereses de Honduras ante la comunidad internacional.