El cuidado de más de 20,000 tilapias distribuidas en varios estanques es la labor que realiza Noé Quintanilla en la comunidad de Campamento, El Paraíso.
En la zona la cría de peces se ha convertido en una de las actividades de mayor generación de empleos.
La producción de tilapia en la localidad surgió como una microempresa familiar, la cual sucumbió hace cuatro años, pero que ha sido retomada.
En el sector se dispone de 20 lagunas, pero debido a los costos de mantenimiento en la actualidad funcionan solo siete.
Las piletas fueron construidas hace más de dos décadas, pero ante la falta de mercado se suspendió la producción.
Sebastián Solórzano, propietario del plantel, explicó que en los últimos años han percibido el interés de los ciudadanos en adquirir los mariscos que se producen en la zona.
“La población ha ido tomándole gusto a los peces que se producen en la comunidad, ya que con el aumento de la gasolina y otros recursos se les hace difícil viajar hasta la costa norte o la zona sur para disfrutar de un pescado”, comentó el entrevistado.
En su propiedad, Solórzano tiene una producción promedio de más de 15,000 alevines por ciclo, el cual comprende un período de siete meses.
“Nuestro propósito para este año es lograr que el producto que está a punto de salir pueda ser comercializado en el mercado local”, aseguró el entrevistado.
En el caso del plantel que dirige Quintanilla, se venden peces que superan las dos libras.
En el municipio de Danlí no se cuenta con un número exacto de personas que se dedican al cultivo de peces, según lo explicado por Carlos Valdivia, director de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG).