Honduras

Proyecto de riego de Jamastrán ahora supera los $26.5 millones

La auditoría interna que realizaba la SAG pasó a ser dirigida por el TSC. Expertos en riego cuestionan el precio de las cintas de goteo adquiridas en la India a seis centavos de dólar el pie; contratista dice que el costo es por la calidad

FOTOGALERÍA
22.08.2018

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-A los productores del valle de Jamastrán se les vendió la idea de que con el millonario proyecto de irrigación adjudicado en septiembre de 2015, para el 2018 ya estarían abriendo las válvulas que les permitirían el ingreso de agua a las parcelas de cultivo.

Por las mentes de los agricultores comenzaron a pasar imágenes de verdes campos con hermosas matas de maíz, florecientes parras de frijoles, exquisitas hortalizas, árboles frutales y camiones saliendo del valle cargados de productos, pero aquella obra que crearía un paraíso se enredó en las oscuras prácticas de la burocracia estatal, que la nueva administración de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) y ahora también el Tribunal Superior de Cuentas (TSC) buscan sacar a la luz pública mediante una auditoría, que de ejecutarse sin manipulación desenredaría una red bien tejida.

Actualmente, impotentes frente a lo que consideran una burla, unos agricultores de la zona prefieren reír, otros creen que solo soñaron y hay quienes todavía guardan esperanzas. A pesar de las diferentes formas de ver las cosas, todos coinciden en que el proyecto de riego del cielo -que puede tardar algunos días- es el que nunca les falla, ni los discrimina.

La obra de irrigación que fue promovida como una solución para enfrentar las sequías en uno de los valles más fértiles del país ahora ya sobrepasa los 26.5 millones de dólares (unos 612 millones de lempiras), del préstamo que el gobierno contrajo con el Exim Bank de la India para ejecutar tal obra.

Costo
EL HERALDO
tuvo acceso a los términos de la licitación pública internacional LPI 01-2015, al contrato de adjudicación, a los estudios hidrológicos y topográficos y a facturas de compras que revelan cómo el costo del proyecto “llave en mano”, que primeramente se le entregó a la empresa Apollo Internacional por 22,514,430 dólares, se ha venido incrementando cada día.

En enero de 2018 a ese contrato se le hizo un adéndum de cuatro millones de dólares más y la ejecución de la obra se elevó a 26.5 millones; ahora resulta que la SAG también tiene que pagarle al contratista otros 330 mil dólares más -aproximadamente 7.9 millones de lempiras- por los estudios hidrológicos y topográficos.

También se hizo cargo del pago de los gastos aduaneros, de sobreestadía y cualquier otro costo. Ahora debe cancelar más de 137,000 dólares (3.2 millones de lempiras) por la sobreestadía de dos contenedores que están en puerto.

Documento de equipo traído a Honduras y endosado a favor de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, el cual también fue conocido por el Banco Central de Honduras.

Documento de equipo traído a Honduras y endosado a favor de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, el cual también fue conocido por el Banco Central de Honduras.

Por otro lado debe pagarle al contratista el diseño del proyecto, que no se sabe de cuántos miles de dólares más será la obligación. Como si el dinero le sobrara, la SAG también se responsabilizó de la adquisición de los terrenos donde se instalarán los equipos del proyecto y de las obras de conexión eléctrica.

En la medida se indaga más los costos suben, quedando al descubierto que desde la aprobación de los términos de la licitación pública internacional LPI 01-2015 para la irrigación de 5,200 manzanas en el sector oriental, la obra comenzó a ser envuelta en una madeja de finos hilos, que para ejecutarse se utilizó el argumento de que era un proyecto de gran prioridad para el gobierno central.

La madeja va desde una cuestionada transparencia en el proceso de adjudicación del contrato y en la entrega de información a los productores, así como el extravío de los documentos, por lo que los auditores internos de la SAG tuvieron que reconstruir el expediente y una parte de la documentación la encontraron en una bodega ubicada a inmediaciones de Toncontín.

A pesar de que parte del desarrollo del país depende de los préstamos internacionales -que de por si ya vienen con ataduras-, en la licitación LPI 01-2015 resalta la deficiente negociación de los funcionarios estatales que invitaron a ofertar poniendo como referencia un estudio supuestamente desfasado y la negligencia de un postor que presentó una oferta sin corroborar en el campo los datos que le proporcionaron.

Ahora, el presunto estudio desactualizado sobre el cual se ofertó, y su verificación y actualización posteriormente en el campo, son los argumentos más utilizados por el contratante y el contratista para justificar el abandono del proyecto, el incremento de cuatro millones de dólares (96 millones de lempiras) al contrato y la reducción de 620 hectáreas.

Nadie entiende por qué la SAG proporcionó un reporte desactualizado a los interesados en la licitación, pero luego al adjudicar el contrato se comprometió a proporcionar datos reales, luego no cumplió, pidiéndole después al contratista que realice estudios hidrológicos y topográficos, que ella no pudo hacer.

Referencias
EL HERALDO
tuvo acceso a los términos de la licitación LPI 01-2015 con cláusulas perjudiciales a los intereses del país. Las especificaciones dejan entrever que no se buscaba tanto una empresa especializada en riego, sino que cualquiera podía ganar y subcontratar a un tercero.

A la evaluación de la parte económica se estipuló darle 20 puntos, pero a la oferta más baja se le sumaría otros 20 puntos, en detrimento de la calidad de la obra. Otro aspecto que muestra el amarre con que se adquieren ciertos préstamos se ve cuando se establece que “todos los bienes y servicios relacionados que se suministrarán en virtud del contrato deben ser de la India al menos el 75% del precio del contrato, y el 25% restante de los bienes y servicios fuera de la India”.

A esto hay que sumarle que la especificación de transparencia al momento de la apertura de los sobres no se cumplió, ocultando las ofertas que debían ser leídas en voz alta.

Compras
Hasta la fecha a la empresa Apollo International se le han desembolsado 8.7 millones de dólares. Según un comunicado del contratista, “ha facturado el 20% de los bienes y servicios (aproximadamente $5.3 millones), y un 25% en concepto del trabajo que se ha realizado en el proyecto tomando en cuenta que se han llevado a cabo nuevos estudios de y trabajos de ingeniería”.

Según inventario practicado por la SAG, lo que Apollo International ha traído 1,480 fardos de líneas de goteo, cada uno trae 16 rollos, dando una cantidad de 23,680 rollos con una extensión de mil metros cada uno, que convertidos a pies dan 77,670,400. Igual se trajeron 1,088 rollos de mangueras llamadas tubines.

Los auditores internos tuvieron acceso a documentación como la declaración aduanera, en Puerto Cortés, sobre parte del equipo que Apollo Internacional ingresó al país.

Los auditores internos tuvieron acceso a documentación como la declaración aduanera, en Puerto Cortés, sobre parte del equipo que Apollo Internacional ingresó al país.

Asimismo, hay dos perforadoras valoradas en 125 dólares cada una, una bodega móvil con precio de 92,000 dólares y dos compresores cuyo precio se desconoce, pero según los técnicos cada uno tendría un valor aproximado de 80,000 dólares. También está en puerto un equipo (dos grúas y un montacargas) con valor de 35,000 dólares.

También hay un valor de 231,762 dólares correspondientes a 3 contenedores con arena (bentonite) para limpieza de pozos, otro con 82 tubos de perforación y un tercero con repuestos y aceites.

Las facturas comerciales que la compañía mandó a la SAG y que están en inglés establecen que la tubería o cintas de goteo fueron adquiridas en la India a un costo de cinco y seis centavos de dólar el pie.

Estos precios son cuestionados por ingenieros hondureños especializados en riego, quienes después de observar la tubería y compararla con los precios de 38 y 59 centavos de lempira -o sea a 1.5 y dos centavos de dólar, precio a que se cotiza en el mercado nacional- quedaron asombrados y se encogieron de hombros.

Incómodo ante las dudas de los precios, Tanuj Kumar, director de operaciones de Apollo International, manifestó que el costo de la cinta de goteo se debe a su extrema calidad, a tal grado que se limpian solas.

Kumar pidió a la SAG que le asigne una nueva línea de crédito de lo contratado para reiniciar los trabajos. También demandó a la Secretaría de Agricultura que aborde y entregue ciertos puntos claves conforme sus obligaciones contractuales, tales como la enmienda a la carta de crédito, la compra de las parcelas que serán parte del proyecto y obtener las exoneraciones fiscales y aduaneras.

Mientras tanto, Mauricio Guevara, ministro de la SAG, quien no está dispuesto a asumir responsabilidades de otros, aseguró estar buscando una forma de impulsar la obra, desligándose de la acciones oscuras que pudieron haber pasado en la licitación, adjudicación del contrato, la firma del adéndum, el desembolso y uso de 8.7 millones de dólares, realizada en las administraciones anteriores de la SAG.

Ministro de la SAG dice estar atado de manos
El ministro de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), Mauricio Guevara, manifestó que el proyecto de riego del valle de Jamastrán solo podrá reiniciarse cuando se den los resultados de la auditoría que ahora está bajo la dirección del Tribunal Superior de Cuentas (TSC).

También será posible -añadió- solo si el TSC le autoriza a seguir con la obra, tras desligarlo de lo que ha pasado a la fecha. En el Tribunal obviamente “me dijeron que hay que esperar la auditoría”. Si está una investigación en curso “yo necesito tener el banderillazo de la entidad que está haciendo la auditoría, que me diga de aquí en adelante la responsabilidad es suya y de aquí para atrás no porque usted no ha tenido nada que ver”.

Como la investigación sigue y no tiene una autorización que lo ampare para poder seguir con el proceso, está “con las manos amarradas”, explicó Guevara.

Sobre la licitación y adjudicación de la obra, recordó: “cuando llegamos había documentos en las bodegas (de Toncontín), otros documentos en otro lado y por ahí hemos seguido el hilo recuperando estos documentos hasta formar el expediente total”.

Aseguró haber tenido pláticas al más alto nivel para ver cómo puede impulsar el proyecto de riego pero no puede hacer nada “porque si meto firmas y autorizo desembolsos o algo que está en el contrato y de ahí sale la auditoría con algún tipo de hallazgo me voy a ver en un problema muy grave”.

Recordó que Apollo firmó un contrato llave en mano, sin embargo, quedaron cosas no especificadas. “Habido incumplimiento de las dos partes, porque tampoco le puedo decir que solo es la SAG y para eso la auditoría, para que todos sepan la verdad de lo que está pasando”.

Ante el cobro del diseño y un estudio hídrico y topográfico por parte del contratista, Guevara expuso que Apollo para continuar con el proyecto tomó la decisión de realizar esos estudios. Aseguró haberse reunido dos veces con los ejecutivos de la empresa quienes “se comprometieron a comprar el terreno de la de planta de Apollo, además se hicieron cargo de los dos contenedores (que están en puerto) porque ese tipo de cosas no quedaron plasmadas en el contrato”.

Los contratistas entendieron; estaban un poco desesperados porque querían una respuesta para seguir con la ejecución del proyecto”, expuso el funcionario.