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Tegucigalpa, Honduras.-El Hospital Escuela, además de estar envuelto en casos de corrupción —como lo admitió la ministra de Salud, Carla Paredes—, enfrenta otro grave problema: la presencia de plagas.
En sus amplios pasillos, de paredes descoloridas, es común ver jates, cucarachas y roedores transitar sin control.
La crisis no solo afecta las áreas de mayor afluencia, sino también las zonas donde se encuentran pacientes en estado delicado, según denunciaron familiares de internos.
“En el sistema de salud vamos de mal en peor. Aquí hay varios médicos que son diputados y no pueden hacer nada por este hospital, que está infestado de todo tipo de plagas, incluso de corrupción”, lamentó José Alfredo Salgado, quien espera la recuperación de su esposa en el quinto piso del hospital.
Salgado denunció que, en lugar de invertir en mejorar el centro asistencial, “el dinero se lo están robando para hacer política”.
La diputada Suyapa Figueroa confirmó la invasión de plagas en el Hospital Escuela y criticó la falta de presupuesto para mejorar sus condiciones.
“Este hospital tiene múltiples problemas, pero lo más lamentable son las filtraciones de agua y la falta de higiene, que está en condiciones deplorables”, expuso Figueroa.
Advirtió que el Hospital Escuela no pasaría ninguna evaluación de la Agencia de Regulación Sanitaria (ARSA), institución a la que cuestionó por no realizar inspecciones adecuadas.
Por su parte, Mauricio Corrales, presidente del sindicato de trabajadores del hospital, exigió la intervención inmediata de la Secretaría de Salud (Sesal) ante la grave situación.
“Tenemos quirófanos donde se practican cirugías en medio de roedores y cucarachas, esto es sumamente delicado”, denunció Corrales.
Agregó que las plagas han causado daños en el equipo y las tuberías, lo que pone en riesgo tanto a pacientes como al personal de salud.
“Hay partes del hospital donde las tuberías están tan deterioradas que el agua cae sobre los pacientes y enfermeras”, señaló el sindicalista.
Las autoridades del Hospital Escuela justificaron la proliferación de plagas debido a las vibraciones provocadas por la construcción de la nueva sala de recién nacidos, el mal manejo de residuos de alimentos en los negocios cercanos y la presencia de talleres mecánicos en las inmediaciones.
Señalaron que solo hay 230 empleados encargados de la limpieza en todo el hospital, quienes deben desodorizar, desinfectar y fumigar para el control de plagas.
En un comunicado oficial, aseguraron que desde que la Secretaría de Salud retomó el control administrativo del hospital, se han identificado debilidades en los procesos de limpieza, y que la empresa contratada para la higiene se ha comprometido a corregirlas.
Sin embargo, el problema persiste. Mientras las autoridades se culpan unas a otras, los pacientes siguen indefensos ante la presencia de roedores e insectos, sin que se implementen soluciones concretas.