Honduras

Niños del Bajo Aguán dibujan muerte y desalojos

Casa Alianza realizó una investigación que se centró en tres de las comunidades más afectadas por el conflicto de tierras, donde niños y adolescentes se enfrentan a situaciones de violaciones de derechos humanos, carencia de servicios básicos y alta mortalidad.

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07.04.2014

Los menores que viven en el Bajo Aguán sufren el trauma por el conflicto de tierras que se ha desencadenado en los últimos años en esta región del norte de Honduras.

En base a esta situación, la investigación desarrollada por Casa Alianza este año se centró en el análisis de tres de las comunidades más afectadas por el conflicto: Rigores, Nueva Esperanza y Asentamiento Lempira, donde los niños y adolescentes se enfrentan a situaciones de violaciones de derechos humanos, carencia de servicios básicos y alta mortalidad, entre otros.

'La población del Bajo Aguán, en especial los niños, niñas y jóvenes de sus comunidades, presentan cuadros graves de estrés postraumático debido a las situaciones de violencia crónica que viven. Sería por ello necesario que se les brindara la intervención psicológica y médica necesaria para paliar las secuelas de las experiencias de conflicto', dice el informe de julio de 2012.

Agrega Casa Alianza que 'el equipo del Observatorio corroboró en la visita a las comunidades del Bajo Aguán las violaciones a los derechos básicos de los niños, niñas y jóvenes en lo relativo a su derecho a la libertad, a la vida, a la salud, a la dignidad, a la libertad, a la identidad, a recibir un nombre, a la educación, a la alimentación, al vestido, al ocio, así como en su derecho a la protección contra el maltrato, la corrupción, el abandono o el peligro'.

En el asentamiento de la Comunidad Campesina de Rigores, los niveles de pobreza son extremos. No hay cultivos de palma africana, sólo hay cosecha de arroz y frijoles. Algunos de los campesinos comentan que están esperando la lluvia para poder sembrar.

En la Comunidad de Guadalupe Carney, ubicada en el municipio de Trujillo, departamento de Colón, se encuentran las sedes de las 45 empresas que forman parte del mismo.

Según este informe, el hospital San Isidro en el Bajo Aguán 'refiere que se han manejado 90 atenciones psicológicas a pacientes con edades entre los 10 y 19 años en lo que va del 2012. Las causas más frecuentes de atención son los trastornos conductuales, rendimiento académico, abuso de drogas, depresión, problemas familiares, rebeldía, intentos suicidas y abuso sexual'.

En Nueva Esperanza se hizo un trabajo especial con los menores donde ellos dibujaron la situación que viven a través de la técnica psicológica, 'viaje a mi corazón'.

En los dibujos los niños y niñas manifestaron miedo, terror, tristeza, ansiedad, angustia y preocupación.

Los menores dijeron tener pesadillas, ataques de nervios, intranquilidad, temor constante por perder a sus padres, insomnio, decaimiento, falta de esperanza y pobre visión del futuro.

En algunos dibujos, los psicólogos detallaron que 'se observa que el niño identifica un ataúd en el centro del dibujo, como parte central de la escena representada'. Además, en la parte inferior de la izquierda se representa la figura de un “demonio” y dos adultos (un hombre y una mujer) enfrentándose al mismo.

En otro dibujo analizado, 'el niño claramente se representa llorando, con una clara expresión de tristeza y sangrando por el brazo y por la pierna. Los brazos extendidos indican desprotección e indefensión ante la situación'.

El asentamiento más violento

En el asentamiento Lempira se identificó el comportamiento más hostil y agresivo en niños y niñas, en comparación con los demás asentamientos. Aquí, los menores identifican las armas y la violencia como un medio para defender los suyo y para atacar al enemigo, vinculando a las figuras de autoridad con los enemigos, destaca el informe.

'Su juego era ansioso, poco estructurado y con mucha actividad violenta. Es de señalar que la mayoría de estos niños y niñas habían vivido el primer desalojo que se produjo en el asentamiento por lo que tenían estos hechos muy presentes'.

'En la actividad 'viaje a mi corazón', nos sorprendió el dibujo de uno de los niños en donde se percibe la actividad aérea militar aérea identificada
dentro de su contexto familiar cotidiano, representado por su casa, el río, los árboles y el camino', relata el informe.

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