SERIE 4/5
Unos 15 años atrás se unieron en matrimonio Adriana Hernández y Juan Méndez. Ambos en la actualidad son mayores de 60 años.
La pareja, aunque solo cuenta con una hija de nombre Lucía, no ha logrado vencer la pobreza en que han permanecido desde antes de casarse.
La vivienda donde residen fue construida de bahareque, no cuenta ni con agua potable y en su interior la carencia de alimentos se convierte en la principal preocupación.
A causa de esta situación Adriana aseguró que le reza a diario a la Virgen María para que su esposo consiga trabajo.
“Debido a nuestra edad y la pobreza no le podemos ayudar a nuestra hija para que estudie, pues dependemos de lo que logra ganar mi esposo”, dijo Adriana.
La madre de familia recordó que en su niñez pasó penurias que le impidieron estudiar como sucede en la actualidad con su primogénita.
En el departamento donde reside la familia Hernández Méndez, de acuerdo con el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el 17.29 de las hogares reportan que sus habitantes no lograron completar la primaria.
Juan, el jefe del hogar, trabaja como jornalero y con suerte logra empleo tres veces a la semana, con lo que ajusta 300 lempiras. La familia por mes dispone de entre 1,200 a 1,500 lempiras, recursos económicos que son invertidos en maíz y de vez en cuando frijoles.
“Hay días de la semana que solo alcanzamos a comer unas tortillas con sal y limón”, dijo la señora.
El PNUD reveló que el 42 por ciento de los personas presentan pobreza multidimensional, es decir, carecen de varios factores como educación, salud, buenos ingresos, y saneamiento básico, entre otros. Un informe del Programa Regional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PRESANCA), promovido por la Unión Europea, reveló que el bajo consumo de productos de origen animal entre los más pobres da lugar a una ingesta limitada de zinc.
El deficiente consumo de zinc ha sido vinculado a problemas de desnutrición infantil, situación que no es ajena a miles de niños del departamento de La Paz.
Desnutrición
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en algunas comunidades de las partes altas del departamento de La Paz, los niños menores de cinco años presentan índices de malnutrición arriba del 67 por ciento. Entre los municipios más afectados por la falta de alimentos destacan Yarula, Santa Elena, Opatoro y San Juan.
En Yarula las autoridades municipales han identificado unas 2,000 personas en situación de pobreza extrema, quienes representan más del 24 por ciento de la población de la localidad.
En 2011 las autoridades de la corporación municipal declararon la comunidad en emergencia luego de presentarse varias muertes de menores a causa del hambre.
De sumarse el total de familias pobres con las de extrema pobreza, el porcentaje llega a más del 70 por ciento de las personas que residen en el municipio.
En la localidad habitan 8,216 personas, residentes en cinco aldeas y 30 caseríos, de acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Uno de los datos de mayor preocupación para las autoridades de la comunidad es el índice de desnutrición que registran los niños menores de cinco años.
En el municipio se han identificado seis comunidades donde la malnutrición amenaza la vida de los niños menores de 60 meses.
Entre las comunidades están la aldea Tierra Colorada y los caseríos Ciprés, Zacate Blanco y Puentes.
La FAO califica a las familias que viven con menos de un dólar como núcleos con inseguridad alimentaria.
Apoyo FAO y PMA
La identificación de estas poblaciones se logró a través del Programa Especial de Seguridad Alimentaria (PESA), que promueve la FAO.
Con apoyo de la FAO se ha logrado intervenir las comunidades de Aguanqueterique, Guajiquiro, San Juan, Mercedes de Oriente, San Antonio del Norte y Lauterique.
El año pasado estas comunidades presentaron carencias de alimentos luego de perderse las cosechas a causa de la sequía.
El déficit de frijoles fue de 2,200 quintales en promedio.
En cada uno de estos municipios la FAO atiende unas 500 familias, con la instalación de huertos familiares, asistencia para incrementar la producción de granos básicos y saneamiento.
La inversión estimada por año en cada municipio es de 2.5 millones de lempiras.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) también apoya las comunidades pobres de La Paz por medio de dos componentes, la merienda escolar y el programa dirigido a grupos vulnerables.
El departamento de La Paz cuenta con una superficie de 130.295 kilómetros cuadrados que representa 12.2 por ciento del territorio nacional.