Aún con el dolor latente por el terrible hallazgo del cuerpecito de Exequiel Alexander Hernández, el niño de siete años que murió tras ser secuestrado por su padrasto, la familia no encuentra consuelo y es que aún no les entregan su cadaver para darle cristiana sepultura.
Según el relato de Santos Gilberto García Sánchez, hijo de doña Patrocinia y el mayor de los seis hermanos, las autoridades todavía están a la espera de los resultados de las pruebas y de la autopsia para determinar las causas de muerte del pequeño.
'La verdad es que queremos que lo entreguen porque ya sabemos que él es', dijo con tristeza. Medicina Forense entregará al menor dentro de cinco o siete días, por lo que la familia se tuvo que regresar a Comayagua ya que no cuentan con los medios económicos para permanecer en Tegucigalpa.
La humilde familia es de escasos recursos y requieren de mucho apoyo ya que aún no reúnen el dinero para estar viniendo a la capital y poder trasladar el cadaver.
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El joven solicitó ayuda para su madre ya que tiene una niña de cuatro años que la necesita y ella después de esta pérdida no está en condiciones de trabajar, ya que perdió a su 'único tesoro' que tenía, como ella llamaba al pequeño. Cualquier ayuda que deseen brindarle pueden comunicarse al 9492-1010.
Secuestro del menor fue desde hace 15 días
El joven lamentó que ninguna de las autoridades les brindaron el apoyo que requerían cuando el niño fue raptado junto a su hermanita de cuatro años. 'Acudimos a la Policía, a los Juzgados y a la oficina de Derechos Humanos', pero la respuesta que recibieron fue la misma: sin una orden de captura no podemos hacer nada.
'Yo pido a las autoridades que por lo menos sean de más palabra, porque yo busqué con mi madre todas las formas para que me echaran la mano para buscar al niño y no lo hicieron'.
El menor desapareció hace quince días, inmediatamente la familia puso la denuncia y no se sabía el paradero del menor hasta que unas personas vecinas de Comayagua reportaron la presencia de un cuerpo de un niño.
'Cuando uno necesita ayuda de las autoridades no se mueven, pero que hallen a alguien mal parado ahí si se lo llevan a las celdas'. 'Echan a la cárcel a los inocentes y dejan a los peligrosos en la calle', señaló.
'Las autoridades deberían de tener un poco más de palabra', argumentó el joven.
Padrasto ya había sido denunciado
'Ese hombre es el mero demonio, yo quisiera que le apliquen la pena de ley, si hubiera pena de muerte también. Nos deja con este dolor porque el niño era nuestro último hermanito', dijo con la voz entrecortada por el dolor que le causa recordar al pequeño Exequiel Alexander.
'Aquí en Comayagua es pura desgracia, aqui no ayudan en nada solo cuando miran al muerto es que se arriman a ayudar. En el caso de Derechos Humanos nos apoyó pero ya después cuando ya era demasiado tarde', lamentó.
El padrasto que confesó el crimen, permanece detenido en los Juzgados de Comayagua.
El único consuelo que le queda a la familia es pedir que se haga justicia, 'que no se quede su caso como si no hubiera valido nada, como si se tratara de un animalito. Era un ser humano y su muerte no se debe quedar así', dijo.
Ineficiencia al no aplicar alerta 'Amber'
El caso ha captado la atención y repudio de la sociedad hondureña sobre todo porque en octubre de 2015 se aprobó en el Congreso Nacional una Ley del Sistema de Alerta Temprana 'Amber', un mecanismo de notificación de menores de edad desaparecidos, que pretende localizar y proteger niños y adolescentes que han sido secuestrados o privados ilegalmente de su libertad.
La falta de aplicación de esta alerta 'Amber', en el caso del pequeño Exequiel lleva a muchos a cuestionar si los pobres no tienen derecho a dicha ley.
El caso de Exequiel Alexander Hernández no trascendió en los medios de comunicación sino hasta que su cuerpo fue descubierto por algunas personas del lugar, antes de ese día no se conoció que fuera buscado por medio de esta alerta.
El apoyo de la población es vital en estos casos, sobretodo en las primeras horas del secuestro para poder rescatar con vida a los menores sustraídos.