Honduras

Extorsionadores reclutan ejército de 200 menores

Este año han ingresado a centros de internamientos del Ihnfa unos 40 o 50 menores por el delito de extorsión.

07.04.2014

Las bandas de extorsionadores tienen en sus redes a unos 200 menores que son utilizados para que hagan los cobros ilegales.

“Generalmente los jóvenes que están ingresando (a los centros de internamiento) y que provienen de maras y pandillas están comprendidos en esta situación, es decir que los mayores están usando niños para que hagan el cobro y así no se exponen ellos”, dijo el director del Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (Ihnfa), Felipe Morales.

El funcionario indicó que en este año han ingresado a centros de internamientos del Ihnfa unos 40 o 50 menores por el delito de extorsión, ya sea en su grado de ejecución o tentativa, pero que hay decenas más que se dedican a ese ilícito.

Esta cantidad de menores internados “representan un 25 por ciento” de los que estarían siendo manipulados para que participen en la ejecución de este delito, es decir que en total serían unos 200 los reclutados por las bandas criminales para que cobren el “impuesto de guerra”, consideró Morales

La parte riesgosa de la extorsión, que es el cobro, en varios casos la hacen los menores, usados por adultos, indicó.

“El verdadero problema para mí no son los niños, son los mayores que están utilizando a ellos y ahí creo que amerita que se haga una consideración de parte de los legisladores para endurecer las penas para quien utilice a un menor en extorsión”, opinó.

El director del Ihnfa considera que es probable que la aparición de niños muertos en los últimos meses tenga que ver con actos de venganza por personas que han sido víctimas de la extorsión.

Las autoridades de la Secretaría de Seguridad aseveran que en este año se han sacado de circulación unos 300 extorsionadores y que gracias a ello este tipo de delitos ha mermado.

En el presente gobierno se creó la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA), una agencia especial para la investigación y represión de los cobros ilegales que hacen bandas y personas particulares.

Comercios en general, puntos de transporte, ciudadanos comunes y corrientes y hasta tortilleras son víctimas constantes de las extorsiones y por temor a represalias prefieren no interponer denuncias.