Antes de salir a las calles a combatir la delincuencia, los mil policías militares están siendo sometidos a un riguroso entrenamiento de inteligencia, contrainteligencia, allanamientos y defensa personal, entre otros, por parte de instructores de las Fuerzas Armadas (FF AA) con el apoyo de otras instituciones del Estado.
Esto ocurre en Tegucigalpa y San Pedro Sula, donde operarán los primeros dos batallones que comenzarán sus acciones en el mes de octubre, según el programa en poder de la institución castrense.
Un considerable grupo de jóvenes militares, que en su mayoría han cursado la educación secundaria, fueron vistos ayer en una de las aulas de la Escuela de Inteligencia de la Fuerza Ejército, dirigida por el coronel Gustavo Paz Escalante.
Los cursos son impartidos por instructores militares, Ministerio Público, Derechos Humanos y Cruz Roja.
En la Escuela de Inteligencia los militares son preparados en temas de inteligencia, investigación y análisis, dijo Paz Escalante.
Son 25 clases que los policías deberán aprobar antes de salir a las calles a combatir el crimen organizado y común, en un esfuerzo más del gobierno por encarar uno de los problemas sociales más graves que tiene el país.
Una de las instructoras de la Escuela de Inteligencia, Alejandra Suazo Castillo, dijo a EL HERALDO que al final del curso los policía/militares estarán listos para salir a las calles.
Por su parte, el coronel Paz Escalante dijo: “Estamos preparándonos para hacer el trabajo de acuerdo a lo que nos han indicado. Estamos preparando a la Policía Militar del Primero y Segundo Batallón, en operaciones de inteligencia. La inteligencia es clave para las operaciones”, destacó el alto oficial.
“Se les está capacitando para poder tener la información y dar golpes más contundentes a la delincuencia”, agregó.
Otro grupo de militares está alojado en las instalaciones del Segundo Batallón de Infantería Aerotransportado, en Támara.
Aquí reciben adiestramiento sobre procedimientos legales (escena del crimen), operaciones urbanas, operaciones policiales, defensa personal y manejo de documentación para detener a una persona o grupo de personas.
En el Primer Batallón de Fuerzas Especiales, con sede en La Venta, salida a Olancho, otro numeroso grupo recibe clases sobre cómo practicar allanamientos, una de las operaciones más delicadas porque se supone que mediante estas acciones le caerán a mareros que tienen sus guaridas en casas cuyos propietarios fueron ahuyentados.
Con estos entrenamientos rigurosos se está mandando un mensaje a la opinión pública y a los mismos delincuentes que la nueva policía militar “no solo será represiva, por eso se está preparando en otras áreas”, declaró el jefe de inteligencia de la fuerza ejército.
“Estamos preparando el personal, capacitándolo para tener los éxitos deseados, en el mes de octubre salimos a las calles”, dijo, para enseguida añadir: “el batallón está organizado de tal manera para satisfacer las necesidades como lo demanda la población”.
Los militares seleccionados se miraban tranquilos, con un semblante serio y poniendo mucha atención a lo que decían los instructores. Todos tienen como mínimo un año de servicio en las Fuerzas Armadas.
La Policía Militar fue aprobada el 21 de agosto de este año por el Congreso Nacional. Dos meses antes habían aprobado la Fuerza Tigres, que no ha entrado en operación.
La Policía Militar hizo su aparición pública el 15 de septiembre
con motivo de los desfiles patrios. Esta policía ha generado expectativas entre la población.
