Tegucigalpa, Honduras.- La misión de estudio y acompañamiento electoral del Instituto Nacional Demócrata (NDI, por sus siglas en inglés) concluyó una primera visita en Honduras y brindó su informe sobre el diagnóstico realizado.
El NDI se reunió con diversos sectores involucrados en las elecciones generales del 30 de noviembre y reconoció que hay muchas cosas cosas por mejorar para darle certidumbre a la población hondureña.
Autonomía de los órganos electorales, cese al discurso de fraudes anticipados, reducción de violencia política y otros puntos fueron los establecidos en el informe presentado la mañana de este 8 de agosto en la capital de Honduras.
Al mismo tiempo, puntualizó la importancia de espacios de diálogos entre las diferentes fuerzas políticas.
Comunicado íntegro
La Misión de Estudio y Acompañamiento Electoral del Instituto Nacional Demócrata (NDI, por sus siglas en inglés), liderada por Katia Uriona, expresidenta del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, y Juan Carlos Galindo, ex Registrador Nacional del Estado Civil de Colombia, desplegada en Honduras en el marco del proceso electoral 2025, identificó cinco desafíos que requieren atención prioritaria para propiciar la integridad de las elecciones e hizo un llamado a que los próximos comicios se lleven a cabo en un marco de certeza, credibilidad y transparencia.
La Misión ve como un avance significativo el reciente acuerdo en el seno del Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), así como el respaldo que recibió de las distintas fuerzas políticas. La Misión celebra este entendimiento, y destaca que este mismo espíritu de diálogo y conciliación prevalezca en la resolución de potenciales diferencias sobre el desarrollo del proceso electoral.
Durante su estancia en Honduras, la Misión sostuvo encuentros con autoridades electorales, la candidata y los candidatos presidenciales, líderes de partidos y espacios multipartidarios, sector privado, iglesias, periodistas, organizaciones y coaliciones de la sociedad civil, y representantes de la comunidad internacional. Estos intercambios permitieron escuchar y recoger las diferentes valoraciones y perspectivas, así como identificar cinco desafíos que la Misión considera requieren atención prioritaria para fomentar un clima de confianza en las próximas elecciones.
Autonomía efectiva de los organismos electorales: El Consejo Nacional Electoral (CNE), el Tribunal de Justicia Electoral (TJE) y la Unidad de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización a Partidos Políticos y Candidatos (también conocida como Unidad de Política Limpia) urgen independencia de otros poderes públicos, protección ante amenazas, y financiamiento suficiente y oportuno.
Esta autonomía será factor clave para que se recupere la gobernanza del CNE, mitigando los efectos de la parálisis enfrentada hasta inicios de esta semana, con sus consecuentes efectos en materia de organización electoral.
Elecciones libres de intervenciones indebidas: La Misión escuchó reiteradas preocupaciones sobre la intervención de distintas instituciones del Estado y el uso de acciones penales en contra miembros del CNE, así como sobre procesos de judicialización de candidaturas que, por extensión, sobre el proceso electoral en su conjunto. La judicialización del proceso electoral fue un punto insistente a la Misión de parte de muchos actores involucrados e interesados en el proceso electoral. Si bien la presentación de recursos judiciales es un derecho y una forma de resolver conflictos por medios institucionales, es importante evitar que éstos se utilicen para entorpecer las funciones y la toma de decisiones por parte de los organismos electorales.
Reducción de la polarización política y discursos anticipados de fraude: La desconfianza y polarización acumuladas desde 2009, los problemas administrativos presentados durante las elecciones internas del pasado 9 de marzo, y la reciente crisis de gobernanza que enfrentó el Consejo Nacional Electoral (CNE) erosionan las condiciones de diálogo y entendimiento. De la misma manera, discursos de fraude emitidos antes de las elecciones, lesionan la confianza y legitimidad de las elecciones.
Prevención y reducción de riesgos de violencia electoral: La combinación de factores como las manifestaciones de violencia y acción de grupos criminales en el país, así como la escalada de discursos de odio contra periodistas, actores sociales y económicos, y contra los mismos dirigentes políticos y candidaturas, generan un clima de amenaza y miedo que puede afectar el papel clave de estos actores en actividades fundamentales para la transparencia y el ejercicio del voto.
La Misión remarca su preocupación por la violencia en contra de mujeres políticamente activas y discursos de odio, en particular, aquellos dirigidos a las consejeras del CNE y candidatas a todos los niveles de elección.
Mitigación de tensiones y limitaciones en el espacio cívico: La Misión pudo constatar la existencia de múltiples esfuerzos e iniciativas de articulación entre actores de la sociedad hondureña. No obstante, la polarización es un fenómeno que ha alcanzado a buena parte de la sociedad.
La Misión destaca que la descalificación de medios de comunicación y periodistas, actores eclesiales, sociales y económicos, el establecimiento de una cultura de amigo-enemigo entre los partidos en contienda, y las posibles distorsiones derivadas del estado de excepción, generan amenazas no deseadas al espacio cívico y democrático en el país. No es restringiendo la participación social, sino generando condiciones para que esta sea robusta y significativa, que se fortalece la integridad de las elecciones.
En el diálogo sostenido, la Misión identificó notables coincidencias en cuanto a los desafíos del proceso electoral y posibles vías para atenderlos. En este sentido, hace un llamado a todos los actores e instituciones a tomar acciones para generar confianza en el proceso electoral, y en particular:
Fortalecer la gobernanza y la cooperación interinstitucional de manera que el CNE y otras autoridades electorales cuenten con el apoyo efectivo de todas las instituciones competentes y puedan acordar e implementar procedimientos electorales oportunos, eficaces y transparentes.
Garantizar condiciones legales y políticas de ofrecer certeza y ausencia de amenazas para que las organizaciones de la sociedad hondureña puedan contribuir de forma independiente a la integridad de las elecciones.
Avanzar en la creación de espacios seguros y sinceros de diálogo y entendimiento entre partidos políticos y autoridades electorales, y a nivel de la sociedad hondureña en su conjunto, que permitan acuerdos para la gobernanza del proceso electoral y compromisos activos de erradicar discursos de fraude que puedan afectar la legitimidad de las elecciones.
Erradicar la posibilidad de que se establezca en el país un clima de intimidación y miedo que inhiba a los y las hondureñas de participar en el proceso electoral, y evitar la emisión de discursos que puedan incentivar la violencia en todas sus manifestaciones.
Propiciar espacios plurales, seguros y equilibrados de articulación social con diferentes expresiones y pensamientos que permitan la participación activa del pueblo hondureño en el proceso electoral, mediante acciones como la educación y motivación al votante, y la observación independiente y sistemática de las elecciones.
El pueblo hondureño merece elecciones creíbles y participativas que garanticen el respeto a la voluntad expresada por la ciudadanía en las urnas. Esto implica generar condiciones políticas, institucionales y técnicas para que los comicios se desarrollen de manera pacífica y en un clima de confianza. La sociedad hondureña está ávida de espacios sinceros y respetuosos de diálogo, donde diferentes voces sean escuchadas y puedan aportar de manera activa.
En ese sentido, la Misión subraya la importancia de la observación nacional e internacional como herramientas para fortalecer la confianza y la transparencia. Diversos actores han solicitado la presencia y el acompañamiento de la comunidad internacional, así como el respaldo a las iniciativas de observación nacional no partidaria, para que ambas se complementen y contribuyan a unas elecciones íntegras y creíbles.
Honduras tiene una larga tradición de diálogo político que en el pasado le ha permitido alcanzar acuerdos, superar tensiones y promover procesos de decisión. La Misión aspira a que prevalezca un ánimo de confianza y responsabilidad entre los actores para la altura al compromiso democrático que ha demostrado el pueblo hondureño.
La Misión expresa su agradecimiento a todos los actores con quienes se reunió por su disposición y generosidad de compartir sus visiones sobre estas elecciones y el contexto en el cual se desarrollan. Asimismo, agradece el apoyo de la Fundación Nacional para la Democracia (NED) que hizo posible este despliegue.
La delegación reunió a un grupo plural de expertos e incluyó a representantes y acompañantes de la Fundación Nacional para la Democracia (NED), el Instituto Republicano Internacional (IRI) y especialistas regionales y electorales del NDI. La composición interinstitucional de la Misión refleja el amplio respaldo de la comunidad internacional al desarrollo democrático de Honduras y su compromiso de acompañar este proceso electoral.
Las actividades de la delegación se llevaron a cabo de conformidad con la legislación hondureña y la Declaración de Principios para la Observación Internacional de Elecciones, documento que establece los estándares para una observación electoral imparcial y profesional.