Honduras

'El Pollo” gestionó compra de cocaína y llegada de narcoavioneta para Los Cachiros

El hondureño fue condenado este lunes a 20 años. Hace un año se había declarado culpable de un cargo ligado a la narcoactividad

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25.02.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El 27 de octubre de 2013, una aeronave sobrevolaba cerca del municipio de Limón en Colón, Litoral Atlántico de Honduras. Los pilotos seguían las instrucciones que desde tierra impartía “El Pollo”, un sujeto en ese entonces cercano a los 30 años, de tez blanca, mejillas enrojecidas y marcadas fosas nasales.

El trabajo de “El Pollo” era coordinar el aterrizaje con éxito de esa avioneta, una King Air C-90, en cuyo interior iban 1,025 kilogramos de cocaína. A través de un radio comunicador, el hondureño era los ojos de esos aviadores y, a su vez, el encargado de mover a la gente en la superficie para iluminar -con la claridad que necesita un arribo complicado y la prudencia para mantener la secretividad de la operación ilegal- la pista clandestina.

El avión aterrizó y los cargamentos de droga pasaron de inmediato a custodia del cartel de Los Cachiros, que ordenaron quemar la aeronave para no dejar evidencia. El papel de “El Pollo” no se limitó a guiar el vuelo de los pilotos en territorio hondureño, sino que fue uno de los artífices de esta actividad a petición de ese grupo criminal.

En el mundo del narcotráfico a “El Pollo” también lo conocían como “Mazda”. Su nombre real es Willian Reyneri Medina Escobar, ahora de 34 años, un narcotraficante hondureño que fue condenado este lunes a 20 años de prisión por una Corte del Distrito Este de Virginia, Estados Unidos, por su participación en esa operación de tráfico de drogas y otros movimientos realizados a solicitud de Los Cachiros.

Los detalles relatados en este reportaje constan en la Declaración de Hechos firmada por el Fiscal General del Distrito Este de Virgnia, Dana Boente, y el acusado Willian Medina, luego que este último se declara culpable del cargo de “conspiración para poseer con la intención de distribuir cinco kilogramos o más de cocaína en un avión registrado en los Estados Unidos”.

Pieza clave
Según los documentos, el hondureño se unió en 2011 al cartel de Los Cachiros. Años después, Medina tuvo un papel clave, junto a otros miembros de la organización, para “transportar cocaína de Venezuela a Honduras utilizando aviones registrados en Estados Unidos”.

Como evidencia de su rol, Medina se encargó, con otra persona identificada como “conspirador No.1”, de inspeccionar aeronaves de vendedores en Guatemala en nombre de Los Cachiros.

El propósito era corroborar que los aviones estuvieran alterados “para hacer vuelos de larga distancia a Venezuela para recoger cocaína”, indica la declaración de la Fiscalía. Para ello, el hondureño se reunió con los comerciantes y con otros dos conspiradores, confirmando que la aeronave reunía esas especificaciones.

El avión adquirido fue un Beechcraft King Air C90, con número de cola N92XXX, registrado en Estados Unidos, un hecho que finalmente fue determinante para formular la acusación contra el hondureño, pues la máquina estaba inscrita en el régimen estadounidense.

Medina también actuó como intermediario en la adquisición de la droga, señalan los archivos. Sus responsabilidades consistieron en reunirse y comunicarse con las fuentes de suministro de cocaína en Colombia, así como negociar la cantidad de estupefacientes a transportarse y el precio de la compra, a pagarse por Los Cachiros.

Hasta donde tienen constancia los investigadores, Medina Escobar tuvo en ese proceso un último encargo, pero de gran trascendencia para su éxito. Tras ser comprada en Guatemala, la aeronave esperaba en Apure, Venezuela, a mediados de octubre de 2013 con la carga de 1,025 kilogramos de cocaína lista para ser enviada a Honduras.

En tanto, el hondureño vigiló posibles puntos de vista de pistas de aterrizaje clandestinas en el país, verificó las coordenadas GPS de los lugares e informó a los otros conspiradores sobre cuál era el sitio más idóneo para el aterrizaje, indican los documentos judiciales.

Para la llegada de la avioneta a finales de octubre en una pista cercana a Limón, él asumió como operador de radio para comunicarse con los pilotos que venían desde Venezuela a fin de coordinar el descenso, mientras daba instrucciones a su gente en tierra para iluminar las franjas destinadas al aterrizaje e informaba a otras personas sobre el estado del vuelo.

La cocaína pasó directamente a la custodia de Los Cachiros, quienes habían delegado a Medina la gestión del trasiego. Los responsables intentaron borrar los rastros al quemar el avión, pero los investigadores siempre recopilaron evidencia para activar el caso.

Medina se ocultaba en Guatemala, pero en marzo de 2017 fue detenido por la Policía de ese país y en septiembre del mismo año fue extraditado a Estados Unidos.