Es un hombre capaz de resucitar a dos muertos sobre los que camina un vivo.
En una esquina de la tercera avenida, tercera calle de Comayagüela, se encuentra el consultorio del doctor de los zapatos. Su especialidad es dar primeros auxilios a los pacientes que han sufrido calamidades. Por ejemplo desde perder una chapa hasta ir perdiendo su brillo natural.
El doctor a cargo de las cirugías es Roberto Ramírez, un zapatero cincuentenario originario del departamento de La Paz.
A pesar de que no ostenta un título como especialista de la salud, tiene 30 años en la práctica de darle una segunda oportunidad a sus pacientes.
“Aquí vienen personas con zapatos bien reventados, de todo me han traído, pero yo siempre los agarro porque siempre se puede hacer algo”, comentó Ramírez.
Su oficio lo aprendió de un primo y de su familia es el único que todavía labora en esta práctica. La mayoría de sus enfermos son hombres que le llevan tenis cuya plantilla ya se encuentra lacerada por tanto caminar.
También están los que han perdido algún miembro de su cuerpo.
“Las mujeres vienen, pero por trabajos más sencillos como volver a colocarle una chapa al zapato, pero los hombres siempre buscan darle un nuevo soplo de vida al calzado.
Sala de operaciones
La Clínica del Zapato es el nombre que don Roberto dio a su negocio. Este curioso nombre fue seleccionado por dos razones: escucho alguna vez de este nombre de parte de los zapateros y porque considera que su labor permite sanar la urgencia que tienen algunos de sus clientes ante la falta de recursos económicos.
“Muchas veces me ha tocado darle un par de zapatos a personas que andan sin calzado, y como sucede en los hospitales que los parientes abandonan a sus enfermos, así me pasa en la clínica, entonces esos zapatos olvidados se los doy a alguien que sí los ocupa”, comentó el galeno empírico de la zapatería.
Instrumentos
En esta clínica no hay bisturí ni guantes ni estetoscopio, mucho menos rayos X, pero sí hay una pata de mico que sirve como camilla y el hilo de sutura son hilos encerados comprados en la sexta avenida de Comayagüela.
En la clínica no solo se atiende tenis o sandalias, también patines y patinetas.