Honduras

Clementina Suárez, madre eterna y vivaz de la poesía de Honduras

Hace 115 años, el país vio nacer a una de las damas con mayor influencia en el mundo de la literatura hondureña, que con su estilo único cambió la forma de hacer poesía
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13.05.2017

Tegucigalpa, Honduras
“Hoy quiero construir y destruir, levantar en andamios la esperanza. Despertar al niño, arcángel de las espadas, ser relámpago, trueno, con estatura de héroe para talar, arrasar las podridas raíces de mi pueblo”, reza uno de los poemas más conocidos de Clementina Suárez, la mujer que revolucionó con su voz poética.

Nacida en Juticalpa, Olancho, el 12 de mayo de 1902, “Clemen”, como le decían sus amigos más cercanos, jamás rehuyó a la relación de amor y pasión que tenía por la palabra, aunque sus padres no quisieran ese destino para ella.

Su fortaleza y la disposición para vencer cada obstáculo estaba presente desde que vino al mundo y fue algo que se estampó a lo largo de su vida lo que la hizo disfrutar y asumir con alegría cada instante de su existencia.

La poeta se caracterizó por su escritura revolucionaria y vanguardista que estaría marcada por su postura libertina, el sexo, el amor y su posición clara sobre la mujer.

Este no sería el único libro de la literata ya que a lo largo de su vida logró conquistar América Latina con la exquisitez de sus palabras publicando más de nueve libros a lo largo de su vida y convirtiéndose en la amiga de personalidades de la talla de Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias, Diego Rivera, entre otros.

Una obra del pintor Beningo Gómez. Foto: El Heraldo

Una obra del pintor Beningo Gómez. Foto: El Heraldo

Escandalosa
Los que conocieron a la poeta concuerdan que “Clemen” era una personalidad que llamaba al escándalo por su forma de ver la vida, ni sus hijas pudieron detenerla en su paso a conquistar el mundo de la poesía.

Suárez exaltó a la mujer desde varios ángulos en una época marcada por el machismo, llegó a ser tan desafiante que fue la primera dama en el país en atreverse a usar una minifalda, traje de baño e incluso un smoking en público.

Su vida social era muy interesante y se movió en el círculo intelectual de Tegucigalpa de aquel entonces.

Su vida amorosa también estuvo marcada por el escándalo ya que solía decir que se había acostado con las mejores plumas de América.

Fue feminista pese a que ella nunca se proclamó de esta forma, pero sus hechos y su constante defensa de los derechos de la mujer la convirtieron en una de las voces más imponentes.

Grandes pintores plasmaron la imagen de Clementina con su pincel. Foto: ElHeraldo

Grandes pintores plasmaron la imagen de Clementina con su pincel. Foto: ElHeraldo

Legado y muerte
Entre su legado se encuentran “Iniciales” (1931), “De mis sábados el último” (1931), “Los templos de fuego” (1931), “Engranajes” (1935), “Veleros” (1937), “De la desilusión a la esperanza” (1944), “Creciendo con la hierba” (1957), “Canto a la encontrada patria y su héroe” (1958) y “El poeta y sus señales”.

La muerte de la extraordinaria dama de las letras fue trágica y dolorosa. Fue en 1991 donde las páginas del mundo del arte y la literatura quedaron en blanco con el fallecimiento de una de las máximas exponentes de la poesía en Honduras.

El crimen contra Clementina Suárez aún no ha sido resuelto pese a que han pasado 25 años desde aquel oscuro día.