La llegada del invierno se convierte cada año en una tormenta de destrucción para los habitantes de la aldea Jutiapa, Danlí.
La localidad cada año amenaza con quedar bajo las aguas del río Hato.
Las llenas constantes han generado pérdidas materiales incalculables a los pobladores, sin que se logre concretar el proyecto de reubicación.
El traslado de las familias hacia una zona segura ha sido una de las recomendaciones que han realizado diferentes organismos como solución al problema, pero nunca se ha contado con un estudio de expertos.
Por esta razón, las autoridades de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) enviaron en las últimas horas una comisión para identificar la vulnerabilidad de la zona.
La comitiva de Copeco está conformada por un geólogo, ingenieros y técnicos, quienes analizarán las condiciones de vulnerabilidad que presenta la comunidad.
José Gutiérrez, geólogo del Proyecto Mitigar, explicó tras una evaluación de campo que el terreno donde se encuentra ubicada la comunidad está conformado por grava y arena.
“El terreno donde se encuentran la mayoría de las viviendas es una llanura aluvial o de terrazas aluviales, las cuales están conformadas por grava y arena, lo que quiere decir es que las casas están sobre el antiguo cauce del río”, dijo el entrevistado.
Esta misma situación se registra en otras zonas del país, pues a causa del cambio climático de los últimos años los afluentes han comenzado a recuperar sus cauces naturales, lo que produce inundaciones en diferentes sectores.
“En muchas ocasiones las personas me dicen: el río o la quebrada se metió a mi casa, cuando la realidad es que nosotros hemos invadido el espacio de los afluentes”, manifestó Gutiérrez.
El experto consideró de forma preliminar que la comunidad no es habitable.
“La comunidad es considerada, durante el invierno, de alto riesgo por inundaciones, lo que pone en peligro constante a las familias que viven en la aldea”, apuntó Gutiérrez.
Por medio de la visita se logró constatar que en la aldea 14 viviendas han sido destruidas por las inundaciones y unas 70 se encuentran en zona de alto riesgo. En el área frágil se estima que se han construido unas 90 viviendas. En total las personas establecidas en el sector de mayor vulnerabilidad son unas 450.
Planes
Etna Pinel, técnico de Copeco, informó que la situación que han experimentado los pobladores de la aldea durante 2009, 2010 y 2011 sirvió para conocer con mayor detalle la vulnerabilidad de la zona.
“Copeco, a través del proyecto Mitigar, trabaja en un proceso de caracterización y planificación territorial, donde se generaron tres instrumentos de planificación, los cuales serían de ayuda para las municipalidades”, dijo la entrevistada.
Según lo manifestado por Pinel, el objetivo principal de este trabajo es que la municipalidad tenga las herramientas necesarias para promover una cultura en gestión de riesgo.
Por su parte, el presidente del patronato promejoramiento de Jutiapa, Marco Maradiaga, declaró que desde hace varios años se ha solicitado a las autoridades gubernamentales el apoyo para reubicar a las familias.
“La reubicación de las familias es una lucha de hace años y en la actualidad continuamos en lo mismo, esperamos que con la visita de esta comisión se puedan agilizar las gestiones”, declaró el dirigente comunal.
Bertha Sandoval, una de las pobladoras, pidió que el gobierno les proporcione un terreno cercano a la comunidad para aceptar la reubicación, ya que les han prometido trasladarlos a una zona lejana.
La señora lleva 15 años de permanecer en la comunidad y aseguró que las mayores llenas se han dado en los últimos cinco años.
Las paredes de la vivienda de Sandoval se han agrietado con el paso de las inundaciones y amenazan con caer, situación que mantiene en riesgo a la familia.
En la comunidad residen 4,700 personas.
Reubicación
Una de las medidas que han planteado para solucionar el problema de las inundaciones es la construcción de bordos, pero el proyecto es millonario, según los pobladores.
Entre los proyectos que se mencionan es declarar a la comunidad como área verde, donde se puedan sembrar árboles, y de esta manera reducir la vulnerabilidad que presenta.
Para poder realizar el traslado de los afectados es necesaria la compra de un terreno en una zona segura, promesa que han recibido de un diputado del departamento, pero aún no se concreta.
