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Tegucigalpa, Honduras.- Mientras las importaciones de China a Centroamérica han crecido exponencialmente, las exportaciones de estos países se han rezagado, lo que evidencia que hay relaciones comerciales asimétricas.
En el caso particular de Honduras, se observa una relación comercial extremadamente desigual, donde China lleva la ventaja. Esto refleja un informe, próximo a publicarse, elaborado por Expediente Abierto, al cual tuvo acceso de forma exclusiva EL HERALDO Plus.
El documento de 46 páginas muestra que en 2024 las exportaciones a China representaron el 1.31% del total en Centroamérica, mientras que las importaciones desde el país asiático supusieron el 17.04% de los bienes adquiridos por la región del exterior.
"Estos resultados presentan a China como socio netamente proveedor, más no como un destino de exportación como han esperado y prometido diversas administraciones centroamericanas, a pesar de fomentar acuerdos de libre comercio que tan solo parecieran agravar la tendencia imperante de las últimas décadas", lamenta el informe.
El documento menciona que en las últimas dos décadas, China pasó de ser un socio comercial marginal a convertirse en el segundo más importante de Centroamérica, solo después de Estados Unidos.
De acuerdo con Javier Meléndez, coordinador de Expediente Abierto, el informe alerta a la sociedad, al sector productivo y al empresariado sobre los riesgos concretos de las relaciones comerciales entre China y la región en condiciones asimétricas, sin diagnósticos sólidos y sin proteger los intereses nacionales.
Explicó que "cuando la agenda económica queda subordinada a compromisos ideológicos, los países terminan perdiendo competitividad, debilitando industrias clave y aumentando su dependencia de un socio que utiliza el comercio como herramienta de influencia política".
El primer país en entablar relaciones diplomáticas fue Costa Rica, luego siguió Panamá, El Salvador, Nicaragua (que ya había hecho acercamientos entre 1985 y 1990, pero lo concretó hasta 2021) y, por último, Honduras, donde ya se resienten las desventajas comerciales, según expuso EL HERALDO Plus en varios reportajes.
Guatemala, por su parte, mantiene relaciones con Taiwán, pero existe una fuerte presión de Pekín para convertirse en socio diplomático y comercial.
El documento cita de ejemplo a Honduras —el último país de la región en romper relaciones diplomáticas con Taiwán para convertirse en socio de Pekín —, pues el acuerdo concretado en 2023, bajo el gobierno de Xiomara Castro, muestra una relación desigual y deja mucha zozobra sobre las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC), que se encuentran estancadas desde julio de 2023.
Además, los empresarios, analistas y académicos temen que el tratado sepulte a los pequeños productores y a la Micro, pequeña y mediana Empresa (Mipymes).
A esto se suma la situación comercial para Honduras: en 2024, las exportaciones a China sumaron 35.87 millones de dólares (0.64% del total anual), mientras que las importaciones alcanzaron los 2,552.09 millones de dólares (15.71%), es decir, la balanza comercial fue negativa para Honduras.
El documento, que cita informes regionales de exportación e importación, menciona que los productos traídos desde China a Honduras consistieron en maquinarias y partes de equipos eléctricos, equipos mecánicos, fundiciones, vehículos y plásticos.
También habla de la industria camaronera, que desde 2023 ha dejado millones en pérdidas para el país, pues Taiwán fue el principal comprador del producto entre 2019 e inicios de 2023. Luego se esperó que con Pekín ocurriera lo mismo, pero ellos ya tienen proveedores que son más competitivos en precios y no los dejarán para comprarle a Honduras, donde les resulta más caro.
Esto ha llevado a los productores hondureños a la ruina. Así lo expuso EL HERALDO Plus en varios reportajes, donde evidenció la pérdida económica para el país. Incluso, se evidenció como los negocios chinos crecían, mientras los comerciantes locales cerraban porque no podían competir.
Esto no solo se refleja en productos de uso diario, sino también en el mercado de camarón. El informe muestra que unas 65 empresas, entre ellas dos plantas de procesamiento, han tenido que cerrar por la pérdida del mercado de Taiwán.
“Según cifras proporcionadas por el director de la ANDAH, durante 2024 se perdieron alrededor de 3,000 empleos directos y entre 12,000 y 15,000 empleos indirectos en el sector. Esto debido a la crisis que ha padecido el sector desde 2023, a raíz de la pérdida de facilidades comerciales en el mercado taiwanés, el bloqueo temporal impuesto por México, así como por los efectos del cambio climático”, cita el documento.
Para Meléndez, esto evidencia cómo en los últimos años el discurso oficial en varios países de la región ha estado marcado por promesas desmesuradas, narrativas propagandísticas y un uso político–ideológico de la relación con Pekín que no corresponde a los datos reales del comercio ni a los resultados observados en las economías nacionales.
“Nuestra responsabilidad como centro de investigación es ofrecer información rigurosa en un contexto donde abundan mensajes simplificados o abiertamente engañosos. Vimos necesario documentar, con cifras verificables y análisis comparado, que las relaciones comerciales con China —cuando se construyen desde motivaciones político-ideológicas y no desde criterios económicos y de desarrollo— suelen generar costos significativos para los países centroamericanos”, expuso.
Aclaró que en ningún momento buscan impedir que los países comercien con China ni otros actores, sino invitar a que esas decisiones se tomen con responsabilidad, con información de calidad y con una visión estratégica que priorice el bienestar de la población.
Meléndez también es consciente que la región centroamericana necesita un debate transparente, serio y basado en evidencia sobre sus relaciones comerciales con China, sobre todo porque los datos reflejan que la relación comercial es netamente proveedora para la nación asiática y no un destino de exportación.
La excepción es Costa Rica, donde las exportaciones incluyen bienes de alto contenido tecnológico como chips y dispositivos médicos. En el resto de países exportan productos agropecuarios, minerales y otros bienes de escaso valor agregado, que “por su naturaleza suelen ser vulnerables a la volatilidad de precios en los mercados internacionales”, indica el informe.
En el caso de El Salvador, el informe concluye que las relaciones se han traducido en donaciones publicitadas y criticadas por el hermetismo y sus condiciones. Sin embargo, “las relaciones comerciales hasta 2024 están marcadas por un déficit comercial favorable a China, de más de USD 2,600 millones”, dice la investigación.
Sobre Nicaragua analiza cómo las relaciones comerciales no han logrado impulsar significativamente las exportaciones, pues en 2024 se registró un ligero crecimiento, pero no fue suficiente para superar el pico de exportaciones alcanzado en 2018, cuando se tenían relaciones diplomáticas con Taiwán. “En ambos años, el volumen de exportaciones estuvo dominado por las ventas de azúcar”, analizan los investigadores en el informe.
El documento también tiene un segmento en el que se habla de Panamá, país donde las exportaciones de minerales alcanzaron dinamismo entre 2019 y 2023, lo que convirtió al país en el principal proveedor de Centroamérica a China. En 2024, las exportaciones de estos materiales se centraron en Estados Unidos.
El documento también concluye que “históricamente, Costa Rica había sido el mayor socio comercial de China en la región, destacándose como su principal proveedor de bienes hasta que, en 2019, Panamá tomó su lugar, puesto que ha vuelto a recuperar en 2024. También había sido su principal comprador hasta que, en 2021, Guatemala le superó. En la actualidad, esta última, sin relaciones oficiales con China paradójicamente se ha convertido en su principal socio comercial en la región”.
También sugiere que la región “apueste a una estrategia comercial integral frente a China, que contemple la protección de sectores estratégicos, promueva el valor agregado, diversifique sus mercados de exportación e importación y contemple adecuadamente sus requerimientos de desarrollo”, para que no exista una relación comercial asimétrica.