Nueva York, Estado Unidos.- Janice Combs optó por la prudencia al pronunciarse por primera vez tras el veredicto que marcó uno de los episodios más tensos en la vida pública de su hijo, el productor musical Sean “Diddy” Combs.
Aunque el jurado desestimó las acusaciones más graves —incluido el cargo de tráfico sexual— la reacción de la matriarca distó de la euforia que desató el fallo entre otros miembros de la familia.
La señora Combs, figura constante durante las ocho semanas de audiencia en Nueva York, evitó dar señales de alivio.
De hecho, en declaraciones al Daily Mail afirmó que “no es el momento de hacer planes para celebrar porque todavía es demasiado pronto”.
El proceso judicial, que implicó testimonios sobre presunto abuso, violencia y drogas, no doblegó su temple.
Acompañada de hijos y nietos, permaneció reservada hasta el final. “¿Parezco tranquila? Claro que sí. ¿Alguien quiere verme desfallecer o desmayarme? No, nadie. Y yo tampoco quiero verlo. Así que aguanto”, dijo.
Antes de que se conociera la decisión sobre la libertad bajo fianza del artista, se tomó un instante a solas. Poco después, reiteró el eje de su fortaleza: “Pongo toda mi fe en Dios, es el único. Lo demás es ruido y no tiene nada que ver conmigo. Gracias por preguntar, te lo agradezco”.
Mientras algunos familiares, como Christian y Justin Combs, expresaban estar “felices” y esperanzados con el eventual regreso de su padre a casa, Janice mantuvo el tono mesurado que ha caracterizado su rol desde la infancia del magnate.
Viuda desde que su esposo fue asesinado, cuando Diddy tenía tres años, ha sido el pilar detrás del imperio Combs.
