TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Honduras se separó de la Federación Centroamericana en 1838 para dar inicio a la construcción de su institucionalidad nacional, sin embargo, las condiciones eran adversas por la fragmentación regional que facilitaba la rebelión y la debilidad gubernamental.
El 4 de febrero de 1848 se emitió una nueva Constitución como parte de las iniciales políticas del presidente Juan Lindo, quien había sido nombrado el año anterior y que buscaba generar gobernabilidad y reglas jurídicas claras para consolidar el Estado. Su búsqueda autónoma de decisiones estaba sujeta inicialmente a la sombra de los expresidentes Francisco Ferrera y Coronado Chávez, y de otros personajes como el general Santos Guardiola.
En noviembre de 1848 el presidente Lindo estratégicamente toleró la rebelión de Guardiola, permitiéndole realizar asambleas municipales en La Paz y Cedros. Pero un año más tarde, ante la orden de captura por desacato del enviado diplomático a Nicaragua y Costa Rica del presidente Lindo, Felipe Jáuregui, el general Guardiola volvió a levantarse en armas.
Tras la caída de Gracias, Lindo pidió la mediación del presidente salvadoreño Doroteo Vasconcelos, quien nombró a Victoriano Castellanos como representante. Castellanos logró reunir a los bandos en Pespire. La “Paz de Pespire” fue el resultado de una negociación en la que se permitía la salida del país del general Guardiola y la continuidad del gobierno establecido.
Luego de los acuerdos de Pespire, el gobierno de Lindo se sacudió de la influencia caudillista de los expresidentes y del general Guardiola, quien regresó cinco años después a derrocar el gobierno del presidente José Trinidad Cabañas. Lindo continuó con su propuesta unionista junto al gobierno de El Salvador y también se enfrentó con astucia a la injerencia inglesa que amenazó en 1850 la soberanía del recién fundado Estado hondureño.
15.05.2019
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