Estados Unidos
En la música se crean y destruyen artistas en cualquier momento. Lo que sucede en lo oculto de la industria musical es algo que estamos lejos de conocer, aunque ha habido fraudes que no se tapan con un dedo. Y aquí algunos de los más famosos.
En la música se crean y destruyen artistas en cualquier momento. Lo que sucede en lo oculto de la industria musical es algo que estamos lejos de conocer, aunque ha habido fraudes que no se tapan con un dedo. Y aquí algunos de los más famosos.
Quizá no todos los recuerden, pero a finales de 1988 se creó el dúo de música pop Milli Vanilli, considerado el mayor fraude en la historia de la música pop.
El francés Fab Morvan y el alemán Rob Pilatus, bailaban en el grupo coreográfico de la cantante Sabrina Salerno. Al productor Frank Farian se le ocurrió que aquel dúo exótico podía tener éxito, y así los lanzó a la fama. Así el dúo pop vendió millones de discos y hasta ganó un Grammy.
Pero la gallinita de los huevos de oro se acabó cuando Charles Shaw destapó el gran engaño: Los integrantes de Milli Vanilli no cantaban en los discos, y el dúo pop ahora era un par de impostores, y la voz que millones escucharon era la de Shaw. Antes la magnitud del escándalo el productor Farian terminó aceptando que todo fue un fraude.
La famosa banda U2 tampoco se salva de hacer el ridículo. En 1992 la agrupación irlandesa inició su gira mundial Zoo TV Tour.
U2 venía renovada, con cambio de imagen y sonido, y con deseos de sorprender a su fanaticada con una nueva propuesta musical sobre el escenario, que pasó de ser sencilla y austera a hacer uso de los recursos multimedia.
El asunto es que con el afán de que todo saliera bien y que hubiera una perfecta sincronización entre imágenes, luces y sonidos, Bono y los demás llevaron todos los instrumentos pregrabados. El resultado: fueron acusados de fraude y de falta de honradez, por hacer uso del playback en los instrumentos.
El grupo belga de eurodance, Technotronic, es otro de los grandes fraudes. Cuando la banda lanzó su primer disco Pump up the Jam en 1989, la chica de la portada era la modelo Felly Kilingi, pero la vocalista era Kid K, que no tuvo el privilegio de ser la imagen porque era menor de edad y el contrato que firmó era ilegal, pero ya era tarde para echarse para atrás, porque la canción ya era todo un éxito y al final decidieron resolverlo poniendo a otra mujer en la portada.
Ya entrando al campo de los plagios, Rihanna es el nombre que figura. Su gran voz y despampanante figura no le quita que su música sea catalogada como poco original.
Su R&B tiene algo de aquí y de allá. Por ejemplo, uno de sus grandes éxitos Don't Stop the Music, está construido sobre Wanna be Starting Something, de Michael Jackson. Pero su plagio más descarado no ha sido ese, si no Bitch Better Have my Money (2015) que 'fusilaba' con descaro un tema de la rapera Just Brittany, titulado Betta Have my Money. Pero a Rihanna eso no le quita el sueño.
El rey del pop, Michael Jackson tampoco se escapa, aunque es su nombre el que sale manchado, no su voz. En 2010 a más de un año de su muerte, se publicó 'Michael' el álbum póstumo de canciones inéditas.
El asunto es que el lanzamiento fue criticado por familia, amigos y colaboradores del desaparecido cantante, ya que las canciones no estaban acabadas y consideraron que era una falta de respeto.
Pero lo peor no fue eso, si no que muchas de las canciones ni siquiera fueron cantadas por Michael, si no por Jason Malachi, cuya voz tenía una tesitura muy parecida a la de Jackson. El mismo Malachi aceptó que el disco era un engaño y pidió perdón a los fans.
Otro famoso fiasco fue el playback de Selena. Durante un concierto la artista estaba interpretando el tema Slow Down, y era tal su energía que no se fijó en la grada que tenía enfrente, por lo que pisó en falso y la caída fue inminente.
Lo gracioso es que su voz siguió sonando como si nada hubiese pasado, incluso el grito que emitió al caerse se escucha por sobre la grabación. ¡Qué fallido playback!
Pero el que se voló la barda por las ideas descabelladas de su agente de prensa, fue Frank Sinatra.
El fenómeno fans fue practicamente inaugurado por él, pero su agente George Evans lo arruinó todo cuando se le ocurrió hacer castings de colegiales. Las que más gritaran serían llevadas a los conciertos y apariciones públicas de Sinatra. Las chicas se tomaron en serio el papel, y algunas hasta se desmayaban, todo por un pago de cinco dólares.
Y así estos son solo algunos ejemplos de que en la música no todo es como lo pintan.
