Tegucigalpa, Honduras.- Lo que comenzó en una pequeña habitación de su casa, con recursos limitados y grandes sueños, hoy es una clínica estética reconocida en Tegucigalpa. Así ha sido el recorrido de la doctora Keydi Díaz, una profesional que apostó por la superación personal y el emprendimiento.
Originaria de Soledad, El Paraíso, Díaz soñaba con ser modelo, pero su destino cambió cuando comenzó a ayudar a su abuela en el negocio familiar de venta de medicamentos. Aunque no era médica, brindaba apoyo a los vecinos de la comunidad, experiencia que la llevó a descubrir su verdadera vocación: la medicina.
Para alcanzar su meta, decidió mudarse a la capital hondureña, donde inició sus estudios universitarios y logró graduarse como doctora.
Al terminar la carrera, no contaba con recursos económicos, pero su abuela, quien deseaba regalarle un clóset, recibió una petición distinta: una camilla médica.
Su padre, por su parte, le prestó 3,000 lempiras para comprar medicamentos e insumos. Con ese apoyo y mucha determinación, dio su primer paso para abrir una pequeña clínica en su comunidad, donde la atención médica era limitada.
Más tarde, con la experiencia adquirida y un deseo constante de crecimiento, emprendió nuevamente en Tegucigalpa. Desde una habitación de su hogar, comenzó a ofrecer tratamientos estéticos enfocados en mejorar la autoestima y bienestar de sus pacientes.
“Fue algo curioso, porque siempre quise ser internista; me apasionaban las emergencias médicas, pero también me atraía el mundo de la belleza”, comentó Díaz. Esa combinación de intereses la llevó a especializarse en medicina estética, nutrición y antienvejecimiento.
Con el paso del tiempo, su dedicación, atención personalizada y resultados visibles le permitieron ganarse la confianza de sus clientes. La mayoría llega a su clínica por recomendaciones, más que por su presencia en redes sociales.
“En la medicina general curamos enfermedades, pero en la medicina estética sanamos el alma. Amo ver a mis pacientes felices con sus resultados; muchos llegan tristes o con baja autoestima debido a padecimientos como el acné o las manchas en la piel que los acomplejan”, expresó la especialista.
Actualmente, la doctora Díaz atiende en un edificio del Distrito Artemisa, donde ofrece servicios como aplicación de toxina botulínica (botox), limpiezas faciales, perfilamiento facial, cauterización de lunares y mesoterapia con enzimas, entre otros.
Reconoce que el camino no ha sido fácil: mudarse a la ciudad, estar lejos de su familia y costear sus diplomados con sus propios ahorros fueron grandes desafíos. Sin embargo, el apoyo familiar fue el impulso que necesitaba para continuar.
"Como muchos jóvenes hondureños enfrenté obstáculos personales y económicos, estar lejos de mis padres y mi familia. Fue un proceso exigente, lleno de sacrificio y noches sin dormir, pero cada reto me fortaleció" recordó.
Hoy, su clínica se distingue por un ambiente cálido, accesible y genuinamente amable, donde cada paciente recibe atención con empatía y profesionalismo.
La doctora comparte su labor a través de Instagram (@drakeydiaz), y su clínica está ubicada en Distrito Artemisa, Torre 1, en Tegucigalpa.
