Los Ángeles, Estados Unidos. – El actor sueco Alexander Skarsgard abre su corazón ante el público y habla abiertamente sobre su vida personal y profesional.
Desde su infancia el actor ha estado relacionado con la industria cinematográfica siendo que su padre Stellan Skarsgard es uno de los actores más reconocidos en Suecia.
Sin embargo, según comenta Skarsgard, no soñaba con ser actor “fue un caso de nepotismo”, mencionó.
La fama no tardaría en llegar a la vida del intérprete. A los 13 años, fue reconocido en su país por la participación en una película para televisión.
Pero la atención pública no fue de su agrado “no me gustaba ser reconocido, no sentía que me lo hubiera ganado”, detalló Alexander.
“No me sentía merecedor de la atención, si alguien se interesaba en mí, pensaba que era por el personaje que interpretaba, no por quién soy realmente”, añadió
Es por ello que durante su juventud decidió ingresar a la unidad especial de la marina sueca, huyendo de la presión mediática, este proceso lo define como una manera de rebelión contra el ambiente artístico.
Al terminar su período en la marina retoma su carrera artística, en 2001, llega a Hollywood y debuta con la película Zoolander, en cambio al terminar este proyecto manifestó que pasaron años sin conseguir trabajo, “pensé ingenuamente que Hollywood funcionaba así: entras a una audición y te dan el papel”.
Su salto definitivo a la fama se dio con la serie True Blood, con la interpretación del vampiro Eric Northman, luego participó en otros proyectos como: Melancholia, Battleship y Tarzán.
En cuanto a la fama el actor considera que no lo define como persona “solo es una consecuencia de mi trabajo, no mi identidad”, señaló Alexander.
Por otra parte manifestó que su familia sigue siendo un pilar fundamental: “mi padre era bohemio, siempre había artistas, poetas y músicos en casa, yo a veces solo quería que mi familia fuera 'normal', que mi padre trabajara de nueve a cinco”.