De “cuartos VIP” y negocios a celdas al estilo Cecot: la nueva vida de los reos en Támara

Aunque el nuevo módulo es de mínima seguridad, los reclusos denuncian condiciones propias de una cárcel de máxima. Los traslados desde los otros módulos continuarán

  • 04 de junio de 2025 a las 15:36
De “cuartos VIP” y negocios a celdas al estilo Cecot: la nueva vida de los reos en Támara

Tegucigalpa, Honduras.- “Aquí es como estar en máxima, queremos ventiladores, nos dan agua sucia, nos estamos enfermando, no hay medicamento, queremos mejor alimentación”, este es el rosario de quejas de los privados de libertad que ya fueron trasladado al nuevo módulo de mínima seguridad en el Centro Penitenciario Nacional de Támara.

El diseño es como una mini réplica del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) de El Salvador, con alrededor de 28 celtas con capacidad para 36 internos cada una, haciendo un total de 1,008 privados de libertad.

EL HERALDO Plus entró a este nuevo recinto cuando estaba en proceso de construcción, comprobando que cada uno de los reos tendría su propia cama, cada celda tiene su propia ducha y servicio, con ingreso de agua.

Son 504 privados de libertad los que fueron trasladados a este recinto, ellos eran los que ocupaban el módulo Procesados 1, donde estaban las "habitaciones VIP", las discotecas, burdeles, negocios, carnicerías y hasta palenques donde hacían peleas de gallo.

El traslado se realizó el 27 de mayo pasado, hace un poco más de una semana, y el malestar se viven en la mayor parte de los privados de libertad, debido a que ahora son las autoridades del sistema penitenciario que tienen el control.

El ala habitada está compuesta por 14 celdas, siete en cada extremo, por un pasillo en medio por donde pasan los custodios, quienes ahora son los responsables de las llaves de cada bartolina.

Todos sus movimientos son vigilados por un centro de monitoreo 24/7, es decir, las 24 horas del días, los siete días de la semana, donde se ven sus movimientos y escuchan los que dicen, con el fin de evitar que se sigan registrando hechos de corrupción.

Las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP) advirtieron que este es un módulo de mínima seguridad, es decir, que los internos tienen muchas libertades en comparación con los módulos de media y máxima seguridad, donde están completamente aislados.

Lo cierto es que en el nuevo módulo de Támara, llamado Sentenciados 1, los privados de libertad no tienen acceso a energía eléctrica, a conexiones de televisión por cable o internet, tampoco se pueden pasear con libertad y mucho menos se pueden apoderar de espacios para construir “habitaciones VIP” y lucrativos negocios.

“No tenemos agua, los baños se llenan de pupú”

“No nos han dado nada, no hay kit de aseo, ni agua para beber tenemos, el agua que tenemos es de la pila pero está contaminada, mire como estamos llenos de alergia y no hay ni medicamento”, dijeron casi en coro los privados de libertad, al momento de mostrar los botes con agua que parecía jugo de tamarindo por oscura y las ronchas en el cuerpo.

Otro dijo que muchos trabajaban en los talleres de Támara haciendo cosas para poder sobrevivir y ayudarles a las familias, pero ya no pueden salir, “no sabemos qué paso con nuestras herramientas en los talleres”, se quejaron.

Discotecas, burdeles, barberías, "cuartos VIP" y hasta carnicerías hallan en módulo de Támara

“Nosotros más bien estábamos en rehabilitación allá, en los talleres de carpintería, pero todo ha quedado botado, nosotros teníamos trabajos de gente de afuera que nos habían encargado y estamos quedando mal”, expresó otro privado de libertad en medio del concierto de quejas.

Otro de ellos dijo que había personas acá que hacíamos hamacas para poder tener un sustento y poder comernos un bocado, porque muchos no tenemos visitas y con el poquito trabajo que nosotros hacíamos de ahí comíamos y ahora no podemos hacer nada”.

A las demandas se suman que los dejen realizar llamadas, porque hace una semana no han podido comunicarse con sus familiares, también piden energía eléctrica para poder conectar las máquinas de cortar pelo.

Afirmaron que los baños de los nuevos módulos están tapiados, “se llenan de pupú porque no sirven, casi no llega el agua, estos baños no sirven, dígale a los militares que los dejan entrar para que vean”.

Los reos saben que los módulos de máxima seguridad en teoría son más estrictos y la mayoría no quiere estar allí, pero afirmaron que “aquí es como estar en máxima, porque allá por lo menos les dan agua, tienen el privilegio de tener un cuarto solo y mire aquí cuantos vivimos”.

Otro de los privados de libertad dijo que sus familias no saben que están en el nuevo módulo, necesitan comunicarse con ellos, “tenemos derecho a una llamada y desde que nos trajeron aquí no nos han permitido comunicarnos con nuestros familiares”.

De todos lados pedían la palabra: “nos quitaron la ropa, nos quitaron todo, con sacrificio trabajamos para poder comprar un par de tenis, me entiende, pero ahora no podemos comprar nada, estamos encerrados”.

Los internos también pidieron que les faciliten energía para conectar las máquinas para cortarse el pelo.

Uno de los reclusos fue más extremo y afirmó que “aquí estamos como en las calderas del diablo, estamos peores que esos asesinos, los coroneles nos dicen que es mínima aquí, pero aquí estamos como en máxima seguridad”, insistieron.

Solo arroz y frijoles

En otro de los módulos uno de los internos, tatuado y sin camisa, se quejó por la comida que servían, asegurando que “aquí solo arroz, frijoles y tortilla no están dando y nos están dando agua sucia, ya han llevado como 20 personas al médico porque se han enfermado”.

Aseguró que donde estaban anteriormente estaban mejor porque ellos conseguían el agua purificada, tenían llamadas y podían comprar comida, también hay algunos que ya tenían las condiciones de la preliberación.

Julio César Ramírez, de 29 años, quien cayó por facilitación de medios de transporte de drogas, expresó que estaban mejor en el otro módulo porque allá tenían más oportunidades de trabajo y áreas de creación.

Sobre los privilegios reconoció que habían televisores con servicio de cable donde podían ver las noticias y películas, pero ahora no tienen televisor y no tienen acceso a tomacorrientes como en el módulo donde estaban anteriormente.

El privado de libertad afirmó que ellos no tenían acceso a bebidas, drogas y fiestas, “a lo mejor se celebraba el Día de las Madres como podíamos, hacíamos una canasta familiar y se la regalábamos a las madres, pero discotecas y bebidas nunca hemos tenido acceso”, defendió.

Personal del Instituto Nacional Penitenciario que trabajó en la construcción de los módulos afirmó que los servicios quedaron bien instalados y son mejores que los que tenían en el módulo de donde fueron sacados, lo que pasa es que ellos los dañan para meter presión, debido a la inconformidad.

“Por qué dónde estaban antes no arruinaban los servicios, allí es donde ellos quieren estar, claro, allí hacían lo que querían y donde están ahora no”, afirmó una de las fuentes a EL HERALDO Plus.

Uno de los privados de libertad al momento de entrar al módulo mostró un plato con frijoles cocidos, un huevo duro y dos tortillas, afirmando que solo esto es lo que les están dando de comida.

No obstante, antes de las 12 del mediodía, unas carretas empujadas por privados de libertad llegaron con ollas, en una llevaban arroz blanco, en otro sopa de frijoles con carne de cerdo y en otra una paila de tortillas.

Se busca tener el control

El director del Centro Penitenciario Nacional de Támara, el coronel de ingeniería de combate Kalter Medina declaró que todas las medidas que se están tomando es para tener a los privados de libertad de una forma más controlada, para evitar que sigan cometiendo ilícitos como la extorsión.

Sobre las quejas dijo que el agua se les da la porción adecuada al día, que son entre tres a cuatro bolsitas diarias, también tienen agua para su uso personal, para que se bañen, con dos pilas de 10,000 galones que los están abasteciendo con un horario programado.

De las áreas de recreación informó que están en proceso de construcción las canchas y adecuación, pero lo primordial es desahogar la población penitenciaria y darles un lugar digno, de acuerdo con la situación que están viviendo.

Lo que buscan, dijo, es que no se sigan registrando casos como el de los dormitorios de los que fueron sacados, donde habían “cuartos VIP” que tenían privilegios como televisores, aires acondicionados, equipos de sonido y eso generaba hacinamiento.

“Los nuevos módulos nivelan las condiciones de los privados de libertad, donde no hay preferencias, no hay privilegiados, todos están en las mismas condiciones y en condiciones adecuadas”, afirmó el coronel.

Sobre la queja por falta de llamadas, dijo que se está trabajando en la implementación de un sistema, al igual que con los otros módulos para instalar los teléfonos y que la población penitenciaria pueda comunicarse con sus familiares.

En tanto, el general de brigada, Ramiro Fernando Muñoz, presidente de la comisión interventora del INP, declaró que “no es posible que estructuras criminales no nos dejen realizar nuestro trabajo. Eso se acabó”.

El funcionario lamentó que, en el pasado, acciones como estas se vieran limitadas por presiones internas y externas. “Antes, si trasladábamos a internos o interveníamos módulos, los privados de libertad estaban 15 días bajo el sol. Y hoy, con solo un día ya hay quejas. Pero esto no nos va a detener”.

“La prioridad nuestra como el ente encargado de dirigir el Sistema Penitenciario de Honduras es recuperar el orden y que estos lugares ya no sean conocidos como las escuelas del crimen”, afirmó el general.

Al mismo tiempo adelantó que las intervenciones en los módulos de Támara y los demás recintos del país continuarán hasta erradicar completamente la influencia criminal dentro de los Centros Penitenciarios.

EL HERALDO Plus conoció que existe presión de miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13) que están los otros nueve módulos para que no los trasladen a cárceles de máxima seguridad.

Hugo Maldonado, presidente del Comité para la Defensa de Derechos Humanos (Codeh), declaró que “estos nuevos módulos no los veo mal, porque guardan algunas características de seguridad, pero hay cosas que son elementales para los privados de libertad”.

Por ejemplo, dijo que hace falta el kit de aseo, el colchón y la llamada telefónica para sus familiares, pues “muchos de ellos como pudimos escucharlos, lo que más quieren es saber de sus familias, que su familiar sepa como están, dónde están y en qué condiciones”.

Hugo Maldonado, coordinador del Codeh, escuchó las quejas de los internos en el nuevo módulo de Támara.

“Lo más delicado del Estado de Honduras es que los privados de libertad no saben cuál es su condición jurídica, hay algunos que ya deberían estar libres, entonces el sistema de justicia le debería ayudar al general Muñoz, para descongestionar, de lo contrario siempre se van a seguir teniendo los 19,500 privados de libertad en el sistema y nunca van a bajar”, señaló.

Con nuevos módulos buscan recuperar control de Támara

Maldonado es consciente que en un centro penal existe de todo, como ha quedado demostrado en los últimos días, pero las requisas deben ser parejas, en todos los módulos y centros penitenciarios porque nadie debe tener más privilegios de los que permite la ley.

Te gustó este artículo, compártelo