¿Quimistán se formó debido a un asteroide que provocó un cráter?

Si la hipótesis de la investigación se confirma, Santa Cruz Minas podría considerarse un tesoro nacional por su riqueza mineral. Comparan hallazgos con cráteres de Nicaragua y Estados Unidos

  • 24 de noviembre de 2025 a las 12:04

San Pedro Sula, Cortés.- ¿Quimistán, en el departamento de Santa Bárbara, fue impactado hace millones de años por un asteroide que causó un inmenso cráter?

Esta es la pregunta que busca responder una investigación científica que hace unos días fue dada a conocer en el Congreso de Investigación y Posgrado 2025 de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

La investigación la realiza y lidera el ingeniero Hugo Heomar Ramos Hernández con apoyo de la Facultad de Ciencias Espaciales (Faces-UNAH) a través del Instituto de Arqueoastronomía, Patrimonio Cultural y Natural (Iarpacuna) y la municipalidad de Quimistán.

Bajo el título “Morfología del Cráter Santa Bárbara–Quimistán por medio de Sensores Remotos”, y publicada en exclusiva por EL HERALDO Plus, busca determinar si esa depresión circular donde hoy se asienta una comunidad fue causada por un evento cósmico o por procesos endógenos del planeta.

Para la primera fase del estudio se emplearon herramientas de teledetección avanzada y análisis de modelos digitales de elevación (DEM) obtenidos de misiones satelitales de la Nasa y la Agencia Espacial Europea (ESA).

Los primeros hallazgos ponen a Quimistán y a Honduras frente a uno de los descubrimientos geológicos más importantes de Centroamérica: un cráter de impacto de origen extraterrestre (astereoidal), escondido en el corazón de Santa Cruz Minas, al este del municipio de Quimistán.

Investigadores de la UNAH, con el profesor Hugo Heomar Ramos Hernández a la cabeza, en concreto, estudian un cráter de 7 kilómetros de diámetro y 900 metros de profundidad, el cual pudo ser provocado por el impacto de un asteroide.

De confirmar la hipótesis, Honduras sería el segundo país en registrar una caída de asteroide, puesto que en la región, Nicaragua es el único país que tiene documentado tal suceso.

El hallazgo, que se investiga con rigurosidad por expertos de la UNAH, en colaboración con la Alcaldía Municipal de Quimistán, podría convertirse en el primero en Honduras y segundo en Centroamérica en confirmar una estructura de impacto producto de la colisión de un asteroide.

Esta imagen estudia la morfología del cráter de Quimistán Santa Bárbara por medio de sensores remotos.

Hallazgos

Las visitas de campo realizadas por el equipo técnico de la municipalidad de Quimistán, junto con los investigadores de la UNAH, han identificado afloramientos rocosos cuya textura sugiere haber sido sometida a temperaturas y presiones extremas.

Las fotografías muestran zonas con oxidación, fracturas radiales, fusión parcial y vetas de cuarzo recristalizado, indicios que, en geología planetaria, son compatibles con impactos de alta energía.

En palabras del master e ingeniero Hugo Heomar Ramos Hernández, investigador principal y coordinador de vinculación de la Facultad de Ciencias Espaciales “el modelo de elevación digital revela una morfología circular con un pico central, drenaje radial y levantamientos periféricos. Estas características son consistentes con estructuras de impacto conocidas en el registro geológico mundial”.

En su parte final, la primera fase de la investigación concluye que se han logrado identificar elementos morfológicos que son consistentes con estructuras observadas en cráteres de origen meteórico en otras regiones.

Entre los hallazgos más destacados se encuentran patrones circulares, Red hidrída en forma radial y ligeras anomalías topográficas.

Existe una correlación entre la elevación de las crestas, en torno a los 3,700 metros, y su disposición radial respecto al centro.

La integración de sensores remotos es una herramienta poderosa eficiente y no invasiva para analizar posibles estructuras de cráteres de impacto.

¿Qué dice la ciencia?En conversación con EL HERALDO Plus, el ingeniero Hugo Heomar Ramos Hernández explicó que la investigación se sustenta en múltiples visitas de campo al sitio, indispensables para reconocer el terreno y recolectar datos.

“En cada visita realizamos toma de muestras y registros GPS, para definir los estudios que vendrán después. A través de sensores satelitales analizamos la estructura de la zona y buscamos determinar si realmente presenta forma de cráter. Morfológicamente, así parece”, detalló.

Ramos aclaró que los hallazgos aún son preliminares, pero la primera fase de la investigación apunta a que se trata de un posible cráter de impacto.

“Tiene un pico central, conocido como eyecta, y un diámetro aproximado de siete kilómetros. En la parte norte las montañas alcanzan entre 900 y 1,000 metros de altura. Por su forma, nuestra hipótesis es que el asteroide vino del sur hacia el norte”, explicó.

El ingeniero señaló que la configuración del terreno sugiere que el impacto pudo haber favorecido la formación de minerales en la zona.

“Hemos recorrido varios kilómetros por caminos de herradura y hallamos rocas con características singulares. En el sector de Las Minas, por ejemplo, encontramos una roca casi petrificada, como si hubiera sido expuesta a radiación.

Al partirla, presenta partes blancas en el interior y oscuras en el exterior, lo que indica que fue sometida a altas temperaturas. Este tipo de alteración solo ocurre por energía cinética extrema, como la de un impacto, ocurrido hace millones de años”, señaló.

En la segunda fase, el equipo aplicará técnicas de gravimetría y magnetometría para profundizar en el estudio del subsuelo.

“La gravimetría nos permitirá registrar variaciones en la gravedad —en unidades de nanotesla— a lo largo de una línea recta de unos siete kilómetros que cruza el pico central del posible cráter. Es un trabajo que lleva tiempo y precisión. También emplearemos magnetómetros para medir las propiedades eléctricas y magnéticas del terreno”, indicó.

Durante los análisis preliminares, el grupo detectó que el nivel freático se encuentra a apenas 30 pies de profundidad, lo que indica la existencia de agua subterránea accesible.

“Podríamos encontrar agua superficial muy rápido. Es una zona rica en agua, minerales y vegetación. De hecho, le dije al alcalde que la gente que vive allí está parada sobre una mina, potencialmente una mina de diamantes”, comentó Ramos.

Finalmente, lamentó que el Cenacith (Centro Nacional de Ciencia y Tecnología) no haya dimensionado el valor de este proyecto.

“Apliqué a una beca y no se ha visto la magnitud del desarrollo que podríamos generar en esta zona. Este estudio no solo tiene valor científico, sino también potencial para el desarrollo local”, concluyó.

El uso de sensores remotos ofrece una alternativa eficiente, no invasiva y de alta resolución para estudiar estructuras geológicas complejas, especialmente en áreas donde las condiciones del terreno dificultan el trabajo de campo.

Zona rica en oro

Ramos Hernández afirma que el área donde se investiga el posible cráter de impacto en Santa Cruz Minas es “un desarrollo en riquezas tremendo”, por la abundancia de minerales hallados durante las exploraciones de campo.

“Esa zona es muy rica en recursos. Hay mármol, oro, plomo, hierro e incluso vetas de cuarzo. Dependiendo del tipo de asteroide que impactó, podrían haberse formado lo que llamamos ‘diamantes artificiales’. Hasta diamantes naturales podrían encontrarse, además de abundante agua”, explicó.

Pese al potencial científico y económico del hallazgo, Ramos lamentó la falta de apoyo institucional.

“Apliqué a una beca para profundizar mis estudios sobre este sitio y el Cenacith me la negó. Era una beca mínima, pero prefirieron dársela ‘a las gallinas’”, expresó con frustración.

El investigador señaló que, aunque la UNAH y la alcaldía de Quimistán respaldan la iniciativa, se necesitan fondos adicionales para cubrir los viáticos, traslados y equipos especializados del grupo de trabajo.

“La universidad hace lo que puede, y con eso avanzamos. Pero para seguir necesitamos perforar, extraer muestras y llevar profesores de distintas especialidades al sitio. Sin recursos, no podemos continuar. En el gobierno no han visto la magnitud del tesoro que hay ahí”, advirtió.

Ramos reveló además que podría existir un segundo cráter de impacto en la zona de Pinalejo, lo que sugeriría que dos asteroides impactaron de forma simultánea.

“Mi hipótesis —aún no confirmada— es que ambos podrían estar conectados con el cráter de Pantasma, en Nicaragua, porque presentan características muy similares”, detalló.

Según el investigador, para obtener resultados concluyentes se necesitarían entre tres y cuatro años de investigación continua, un plazo corto comparado con el potencial de riqueza que podría descubrirse.

“Si la empresa privada se interesara en este proyecto, se darían cuenta de que la magnitud de los recursos —agua, gas, minerales— es enorme. Pero hasta ahora, muchos siguen siendo miopes ante la oportunidad que representa esta zona”, concluyó.

Muchas de las herramientas satelitales utilizadas para la recolección de información como la tecnología Lidar y los satélites de la Nasa y la ESA fueron autofinanciadas por los investigadores, y con apoyo de investigadores independiente.

Comparación morfológica entre el posible cráter de Santa Cruz Minas y cráteres confirmados en Nicaragua y Alabama, mediante análisis LiDAR, SRTM y LANDSAT.

Minas

El alcalde de Quimistán, Rubén Darío Pacheco, explicó que los estudios sobre el posible cráter de impacto en Santa Cruz Minas comenzaron en 2019, cuando el investigador de la UNAH, Valentín Mauri visitó por primera vez la zona.

Desde entonces, el sitio llamó la atención por su altitud, su planicie y la presencia de vestigios arqueológicos, incluidos tres sitios documentados, entre ellos La Corosa, “mucho más grande que Los Metates” y que la municipalidad pretende poner en valor desde la Unidad de Desarrollo Económico Local.

Mauri, que inició aquel primer acercamiento falleció años después, pero la alcaldía mantuvo el interés por dar seguimiento al trabajo. Más tarde, autoridades municipales se reunieron con Javier Mejuto, decano de la Facultad de Ciencias Espaciales de la UNAH, con quien discutieron temas de arqueología, catastro y, especialmente, la hipótesis sobre un posible impacto de asteroide en el municipio.

Según Pacheco, la universidad ya tenía en agenda dos investigaciones: una en el valle de Quimistán y otra en Santa Cruz Minas, ambas con características compatibles con un impacto. “Ellos hablaban de la posibilidad de que hubiera sido un solo asteroide fragmentado en dos partes”, relató.​​​​​​

Además, se registran vestigios de cobre, zinc y una cantera de mármol, recurso cuya presencia coincide tanto en Santa Cruz Minas como en el área urbana de Quimistán.

Una particularidad que reforzó la hipótesis científica es la alineación de las canteras de mármol: “En Santa Cruz, la cantera está al lado derecho del posible cráter mirando de sur a norte. En el casco urbano ocurre lo mismo”, explicó el jefe edilicio.

La configuración hídrica también aporta indicios. La zona presenta una red radial de drenaje, patrón típico en cráteres de impacto confirmados en otros lugares del mundo, como Nicaragua y Alabama, Estados Unidos.

Durante las visitas de campo, los investigadores también identificaron estructuras que coinciden con un cono de eyecta, tanto en Santa Cruz Minas —hoy convertido en una hacienda— como en Quimistán, donde se ubican los tanques de agua municipales.

Los estudios preliminares indican que el supuesto impacto habría ocurrido de sur a norte, lo que explicaría la mayor elevación de la cadena montañosa en el sector norte.

El alcalde destacó que Quimistán es la primera municipalidad del país en crear una Unidad de Minería dentro de su estructura ambiental. La antigua Unidad Municipal de Ambiente (UMA) se transformó en un Departamento Ambiental con tres áreas: forestal, cumplimiento ambiental y minería.

“Somos la primera alcaldía con esa unidad, y eso ha hecho que el Ingeomin apueste en capacitarnos, igual que la Serna”, señaló Pacheco.

La municipalidad trabaja con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (Serna) y el proyecto Planet Gold para formalizar a los mineros artesanales, un sector históricamente excluido y sin acompañamiento técnico. El apoyo surgió ante el riesgo de que organismos ambientales detuvieran la explotación por falta de regulación.

Gracias a este proceso, Quimistán cuenta ya con cinco zonas asignadas por el Instituto Nacional de Geología y Minería (Ingeomin) para aprovechamientos mineros, y los mineros han conformado una cooperativa mientras esperan el licenciamiento ambiental.

El interés del Estado en la zona ha crecido al punto de que la oficina regional del Ingeomin para el noroccidente abrirá próximamente en Quimistán.

Aunque ambos estudios llegaron por vías diferentes, el alcalde destaca que sus conclusiones coinciden:

“Son investigaciones independientes, pero convergen en muchos aspectos sobre la riqueza natural del municipio”, afirmó.

Pacheco añadió que académicos y técnicos han visitado el sitio de manera constante y que recientemente, en un foro realizado en San Pedro Sula, se presentaron nuevos avances sobre el posible cráter.

Pacheco, asegura que la eventual confirmación de un cráter de impacto en Santa Cruz Minas tendría un impacto profundo para el municipio y el departamento de Santa Bárbara.

“Primero, imagínese encontrar diamantes. Todo lo que está en el subsuelo es propiedad del Estado, pero genera tributos para el municipio. Sería una enorme posibilidad para obtener recursos y atender las necesidades de la zona y del resto del territorio municipal”, explicó.

A los posibles beneficios económicos se suma el potencial turístico. La zona donde se ubicaría el cráter reúne varios atractivos: un sitio arqueológico de gran tamaño, 168 túneles mineros artesanales, vestigios históricos y una ruta de acceso que conecta Santa Cruz Minas con El Naranjo, ya dentro del Parque Nacional Cusuco.

“La gente podría venir no solo a ver un cráter de impacto, sino también los sitios arqueológicos, la actividad minera artesanal y el acceso directo al Cusuco”, señaló el alcalde.

Pacheco agregó que en el Cusuco trabajan con las organizaciones Fipade y Panthera, que han documentado nuevas especies en el sector de Quimistán.

Mientras tanto, el Departamento Municipal de Ambiente ha logrado recuperar cobertura vegetal gracias a tres campañas exitosas de protección forestal, por lo que la región obtuvo durante tres años consecutivos el reconocimiento del ICF como primer lugar en protección forestal del noroccidente.

La municipalidad también impulsa actividades científicas para acercar a la población al conocimiento.

“La próxima semana tendremos un campamento astronómico. La Facultad de Ciencias Espaciales traerá telescopios, habrá ponencias, observación solar y una noche de astronomía en la cancha del instituto de Quimistán”, anunció Pacheco.

Además, el alcalde gestiona acompañamiento con el ministro de Ciencia y con la UNAH para que Quimistán se convierta en municipio piloto en proyectos de innovación y cartografía. Con el lanzamiento del satélite Morazán, el municipio busca apoyo académico para el levantamiento catastral y el plan de ordenamiento territorial.

“Creamos una gerencia de planificación y ordenamiento territorial. Aunque reducimos la planilla de 200 a 70 empleados, ahora la municipalidad está mucho mejor estructurada”, indicó.

El ingeniero Hugo Heomar Ramos Hernández, investigador principal, concluye que entre los hallazgos más destacados se encuentran patrones circulares, red hidríca en forma radial y ligeras anomalías topográficas.

Cambiar su destino

Santa Cruz Minas y su sector hermano, La Mina, conforman una región donde la minería artesanal ha sostenido a la población por décadas.

“Es una comunidad con vocación minera. Siete comunidades dependen directamente de la minería y las más alejadas viven de la agricultura”, explicó Pacheco.

Entre ambas zonas suman entre 8,000 y 10,000 pobladores, ubicados a solo cinco kilómetros de la CA-4. La alcaldía gestiona un proyecto de pavimentación para facilitar el acceso a la zona arqueológica, donde ya trabajó el investigador Dr. Nakamura, realizando un levantamiento LIDAR para documentar la estructura tridimensional del sitio.

El alcalde destacó que este sitio ceremonial prehispánico es más grande que el área arqueológica de El Puente, en La Entrada, Copán.

“El doctor Nakamura dice que el sitio es anterior a los mayas, probablemente de influencia olmeca, y de la misma época que los Metates”, puntualizó.

La posible presencia de un cráter, un sitio arqueológico monumental, una red minera viva y la cercanía al Parque Nacional Cusuco podrían convertir a Santa Cruz Minas en un punto estratégico para el desarrollo económico, turístico y científico del occidente hondureño.

“Todo esto puede tardar años en desarrollarse, pero hay que empezar. Desde la Unidad de Desarrollo Económico Local estamos preparando las bases para darle un impulso enorme al municipio”, concluyó Pacheco.

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