Las reformas a la Ley de Tarjetas de Crédito ha traído una de cal y otra de arena en el mercado hondureño.
Con las modificaciones al marco legal, las sociedades emisoras fueron obligadas a cobrar intereses moratorios sobre el saldo pendiente de pago y no sobre la totalidad.
Además, se les prohibió realizar llamadas a cualquier hora del día, fijándoles horarios establecidos.
Sin embargo, las instituciones emisoras de tarjetas de crédito han respondido con acciones que perjudican a los usuarios. Primero, se limitó el tiempo de pago y en muchos casos se redujo de 28 a 20 días. Posteriormente se limitó los montos de retiro en efectivo en los cajeros automáticos, estableciéndose un pago de 20 lempiras por transacción de 400 lempiras.
Anteriormente, algunos bancos permitían retiros de hasta 5,000 lempiras por transacción, con un pago de 20 lempiras. Ahora solo puede retirarse hasta 400 lempiras, con un máximo de 10 transacciones.
Lo anterior significa que por retirar 4,000 lempiras con una tarjeta de crédito en un cajero automático se tiene que pagar 200 lempiras en costo por servicios. Los usuarios de tarjetas de crédito han sido castigados en este gobierno, ya que con la Ley de Seguridad Poblacional contribuyen con una tasa. En Honduras circulan 683,363 tarjetas de crédito, tanto en moneda nacional como extranjera.